Los participantes en la protesta, encabezada por el conocido presentador de la televisión pública Ricarte Soto (que padece cáncer de pulmón), portaban pancartas en las que se leía «el estado es inmoral con el enfermo terminal».
Los manifestantes han pedido a las autoridades el otorgamiento de aportes para crear un fondo nacional de medicamentos, que permita a las personas que padecen de enfermedades terminales y crónicas, acceder a medicamentos de alto costo que deben pagar para sus tratamientos.
«Hoy día se ha demostrado que aquí hay un gran problema. Solucionemos un problema, al menos uno, el de los medicamentos, porque muchas veces se dice ‘vamos a hacer una reforma de la salud’. Pero es tan complejo el problema, que comencemos por lo más práctico», ha declarado Ricarte Soto al término de la movilización.
En Chile, las operaciones y tratamientos de enfermedades como el cáncer, la esclerosis y otras graves y crónicas pueden ascender a varios miles de dólares.
El 16 % de los ciudadanos chilenos cuenta con un seguro privado que da acceso a una salud de punta, pero de alto costo y cuyas primas suben año a año por edad, riesgo y sexo, mientras que unas 15 millones de personas acceden a un servicio público con recursos insuficientes para hacer frente al exceso de demanda.
El sistema de salud, igual que el educativo, es una herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).