Por Pablo Brodsky
En los noticiarios de ayer jueves, Jorge Awad nos sorprendió con un juego de palabras bastante básico, aunque juego al fin: lo que está pasando “es un abuso de la palabra abuso”. ¿A qué se refiere el presidente de la Asociación de Bancos de Chile? Nada menos que al ajuste de la nueva normativa que elimina para el sector bancario la posibilidad de elevar las comisiones unilateralmente, sin consultarle a nadie y mucho menos al cliente. Permitir el abuso de la banca privada contra sus usuarios, no es abuso; por el contrario, el abuso es no permitir el abuso. Poco a poco vamos comprendiendo el juego de palabras del presidente la banca.
Durante el 2011, entre enero y noviembre, los bancos acumularon ganancias por más de U$3.000 millones de dólares, es decir, unos $1.416.000.000.000 millones de pesos chilenos, al valor del dólar de hoy. Durante el 2012, nos enteramos que la acumulación del primer semestre llegó a los $829.346 millones de pesos, y que durante todo ese año las ganancias alcanzaron a los U$3.346 millones de dólares, unos $1.579.312.000.000 millones de pesos. Para este año, entre enero y mayo la acumulación se encuentra en los $380 millones de pesos. Estos números multimillonarios vienen de los bolsillos de los clientes, a los que se les aumentan unilateralmente los intereses que deben cancelar por préstamos, usos de tarjetas y cuentas bancarias, utilidades de lo que eufemísticamente llaman “Resultado de Operaciones Financieras”, el gran negocio de los banqueros.
Pero las palabras de Awad no sólo llaman la atención por la defensa de los intereses de la banca nacional contra los miles y miles de ciudadanos que oficiamos de clientes, concepto más apropiado a este gobierno. Su currículo pone de manifiesto la encarnación de lo que algunos llaman la relación incestuosa entre la Alianza y la Concertación. En él se nos dice que fue militante
de la Democracia Cristiana desde su época estudiantil, que sus vínculos con el empresariado lo llevaron a formar parte del directorio de Fast Air Carrier, línea aérea de la familia Cueto, donde asumió la vicepresidencia ejecutiva entre 1979 y 1983, en plena dictadura militar. Y así siguió, saltando de empresa en empresa, con un corto período concertacionista en 1993, cuando fungió como tesorero del equipo de la campaña presidencial de Eduardo Frei Ruiz Tagle. Desde 1994, durante la presidencia de este último, dirigió el directorio de Lan Chile, con Cueto y Piñera. Ha participado en numerosos directorios de empresas tanto privadas como públicas, entre las que se cuentan Televisión Nacional de Chile, Codelco y La Nación. Desde el 2011 preside a los banqueros chilenos. Hasta allí las medallas mencionadas por su currículo.
En las cuentas de la banca no hay abuso, según Awad, sino “confianza progreso”. Y lo manifiesta con tanto convencimiento que llega a golpear la mesa con la prepotencia de los poderosos, porque está decidido a no aceptar que se abuse de la palabra abuso, sólo él puede utilizarla y hacerla carne de su carne, porque esa palabra es su “tuto”, sin ella no podría dormir, el pobre.