Este 6 de abril se inició ofiacialmente el proceso de legalización del Partido Izquierda Unida, que nace de la necesidad de construir una alternativa real sistema socio político impuesto desde el duopolio que componen la Derecha y la Concertación, que por 23 años han administrado y profundizado el neoliberalismo heredado de la dictadura.
El Partido Izquierda Unida ha declarado que se compone de las culturas políticas de izquierdas, de la lucha de los pueblos originarios, de los trabajadores, de los movimientos latinoamericanistas, estudiantiles, feministas, antirracistas, ecologistas, laicos, racionalistas y democráticos, para devolver a los chilenos y chilenas los derechos que le han sido secuestrados por los administradores del modelo actual.
En este sentido han señalado “creemos en la construcción de un proyecto político donde se lleven a cabo transformaciones radicales para acabar con el enfermo y agónico modelo neoliberal que sufrimos la mayoría de los chilenos. El nacimiento de una nueva Constitución a través de una Asamblea Constituyente, democrática y participativa, donde se puedan derribar las estructuras impuestas en la ilegitima constitución actual; la Recuperación de los recursos naturales y el establecimiento de Educación y Salud pública, universal como derechos fundamentales asegurados por el Estado son nuestras principales objetivos”.
A su vez expresaron “tenemos vocación de poder, no con el fin de administrar las migajas del Duopolio, sino con el afán de concretar las transformaciones que el país requiere. Por ello apoyamos la candidatura de Marcel Claude, porque creemos que representa nuestro proyecto político donde entremos Tod@s a La Moneda”.
Al mismo tiempo, la dirigencia del parido dijo “creemos en la convergencia de todas las fuerzas políticas, movimientos sociales ajenos al modelo en una lista parlamentaria única y nacional que permita transmitir nuestro proyecto de construcción de un Chile democrático, justo y participativo”.
Por ello el Partido Izquierda Unida, clarificó que “nuestra propuesta electoral no es testimonial ni un saludo a la bandera, sino que es un llamado concreto a que ya es hora de transformar radicalmente al país y que, dadas las actuales condiciones, encontrarnos con el representante del duopolio en la segunda vuelta presidencial”.