Algunas muestras óseas del poeta chileno Pablo Neruda serán analizadas en un laboratorio de Carolina del Norte, en Estados Unidos, para comprobar si contienen toxinas y determinar si murió de cáncer o fue envenenado.
Las autoridades chilenas exhumaron el cadáver del poeta, enterrado en su casa de Isla Negra, para tratar de determinar si falleció de un cáncer de próstata en 1973, como señala la versión oficial de esa época dada por la dictadura de Augusto Pinochet, o si fue envenenado, como defiende su antiguo chófer, Manuel Araya, y para eso inhumaron sus restos el pasado 8 de abril.
La urna que contenía el cuerpo del Premio Nobel de Literatura fue extraída del jardín de su casa de Isla Negra, en el litoral central de Chile, y trasladada ese mismo día a las dependencias del SML en la capital.
Hoy, el sobrino del escritor, Rodolfo Reyes, acudió al SML para reconocer una chaqueta y un cinturón que estaban dentro de la urna y allí le informaron de que algunas muestras óseas serán enviadas a Carolina del Norte, según explicó a los periodistas.
Se espera que el traslado se pueda realizar la próxima semana. En ese laboratorio estadounidense trabaja la toxicóloga Ruth Winecker, que forma parte del equipo que analiza los restos del poeta y Premio Nobel de literatura 1971.
Por otra parte, el juez Mario Carroza, a cargo de esta investigación, espera recibir en los próximos diez días un informe preliminar en el que se detallará la cronología de los exámenes que se van a realizar en Chile, según señalaron fuentes judiciales.
«Lo que queremos es que se tomen todo el tiempo del mundo y que no quede ninguna duda», dijo el sobrino del poeta, cuyo verdadero nombre era Neftali Reyes Basoalto, según reportó la agencia EFE.
Esta investigación judicial se abrió en 2011 a raíz de una querella del Partido Comunista, al que Neruda pertenecía, en la que se solicitaba investigar las causas del deceso del poeta, fallecido en una clínica de Santiago el 23 de septiembre de 1973, doce días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet.