Una veintena de expertos, coordinados por el Programa de Cohesión Territorial para el Desarrollo de Rimisp, generarán propuestas en materia de desarrollo económico, desarrollo social y descentralización, para afrontar las desigualdades territoriales de nuestro país.
Las propuestas, que serán entregadas a los candidatos presidenciales y del congreso, apuntan no solo a transferir poder desde el nivel central de gobierno hacia el nivel regional, sino a que los territorios potencien una verdadera revolución de capacidades y
emprendimientos.
En Chile hoy en día el destino de sus habitantes depende en buena medida del lugar donde nacen, crecen, viven y trabajan, y no tanto de sus capacidades y esfuerzo. Esto porque las oportunidades de desarrollo y bienestar están concentradas en unos pocos territorios, en desmedro de otros. Con esta premisa, el Programa de Cohesión Territorial para el Desarrollo, coordinado por Rimisp-Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, acaba de reunir a una veintena de expertos que adscriben a distintas sensibilidades políticas e ideológicas, para entregar una serie de propuestas en materia de desarrollo económico y social, y descentralización, que confluirán en la llamada Nueva Agenda Regional (NAR).
Para la directora ejecutiva de Rimisp, Claudia Serrano, “Chile es un país de arraigada tradición centralista, el más centralizado de América Latina y el más centralizado del concierto de países de la OECD. Este grado extremo de centralización constituye un obstáculo al desarrollo, una limitación al funcionamiento de la democracia y un constructor de desigualdades territoriales”.
Por esto, señala Julio Berdegué, coordinador del Programa Cohesión Territorial, “en un época de elecciones tenemos una gran oportunidad de poner el tema en la agenda, dado que las desigualdades territoriales y el centralismo han comenzado a hacer crisis, así lo demuestran una serie de conflictos que hemos visto en el último tiempo”. Este trabajo, agrega, “busca incorporar
el concepto de cohesión territorial, el cual apunta a que las personas en cada territorio tengan similares oportunidades de desarrollo, que ningún territorio tenga niveles de bienestar por debajo de los mínimos que como sociedad consideremos indispensables, y que además exista convergencia rápida para que las grandes brechas de hoy se reduzcan hasta niveles compatibles con el de una sociedad que aspira a considerarse desarrollada”.
Así por ejemplo, nuestro país ha experimentado tasas de crecimiento económico y reducción de la pobreza que impresionan. No obstante, este crecimiento y desarrollo no han sido equitativos para todos los territorios: la Región Metropolitana tiene un PIB per cápita cercano a los USD 13,700, tres veces superior al de la Araucanía. En tanto, en materia de pobreza, la Araucanía, aparece como la más pobre del país con un 22,9%, frente a un 11,5% de la capital.
Estas desigualdades también se observan en materia de empleo donde, según las cifras analizadas por Rimisp, los trabajadores que reciben el salario mínimo o menos corresponden a nivel nacional a un 17,4%. No obstante, por territorio, estas cifras casi se duplican, llegando en el Maule al 30%, la Araucanía 29%, Los Lagos 28%, Los Ríos 25%, Biobío 24%, Valparaíso y Coquimbo 20%. También es posible advertir estas inequidades en los resultados de la PSU. El puntaje promedio de los estudiantes de la Región Metropolitana fue de 514 puntos, mientras que en Arica-Parinacota sólo alcanzó los 467 puntos, y en ninguna otra región superó los 500 puntos promedio.
Con la información y los análisis realizados, para Julio Berdegué queda claro que “la simple descentralización resulta insuficiente respecto de la demanda social y los desafíos del desarrollo territorial que hoy requiere el país”, dando como ejemplo lo ocurrido con la educación municipal, medida que amplios sectores de la sociedad chilena consideran fracasada por no haber logrado proporcionar educación de calidad a la inmensa mayoría de la población.
En este marco, en la Nueva Agenda Regional están participando una serie de especialistas en políticas públicas que elaborarán propuestas a corto, mediano y largo plazo, entre los que se encuentran Ricardo Katz, en recursos naturales y grandes proyectos; Andrea Bentancor, en empleo; Hernán Frigolet, desarrollo productivo; Juan Carlos Feres, en pobreza; Ricardo Fábrega, en salud; Miguel Crispi, en educación; Gonzalo Delamaza en capacidades territoriales; Egon Montecinos en descentralización político y capacidades públicas; y Sergio Granados y Jorge Rodríguez, en materia de financiamiento del desarrollo.
Las propuestas de la Nueva Agenda Regional serán presentadas a distintos actores sociales y políticos, incluyendo a los candidatos y pre-candidatos presidenciales de gobierno y de oposición, así como a candidatos al Congreso que han manifestado una sensibilidad especial por el desarrollo regional y territorial. La intención es que el tema del desarrollo territorial ocupe un
lugar importante en el debate programático que se desarrollará en estos meses con motivo de la campaña electoral y, luego, sea incorporado como parte de las prioridades del nuevo gobierno.
Para más información: Rimisp.org