Un Paraguay con bastantes desafíos va a las urnas este domingo. El país, con casi 7 millones de habitantes, tiene habilitados más de 3 millones y medio de electores. Se pide una urgente atención a sectores como la educación. Los docentes dicen que el sistema educativo sufrió en los últimos 5 años un preocupante estancamiento, al borde de retroceso, por falta de presupuesto. Se invierte un porcentaje muy bajo del gasto.
Miles de niños y jóvenes estudian en escuelas precarias y los maestros requieren de urgente capacitación. Ellos piden que la educación se enmarque en una política de estado y no de Gobierno. Otro problema que preocupa es la baja cobertura de salud. Se cree que un 30 % de la población no tiene acceso a los servicios. Un 75 % del presupuesto se destina a salarios. Según los médicos, programas mal implementados generan crisis actualmente.
La salud dejó de ser gratuita desde el cambio de Gobierno. Las principales enfermedades están ligadas a las condiciones de pobreza y a los niveles de educación de la población. Y es que el país es el que menos invierte en estas dos áreas. Se dice que Paraguay es uno de los más desiguales de la región. Hay mucha esperanza de cambio, pero también una realidad innegable.
El próximo presidente paraguayo deberá resolver estos dos clamores sociales. Por un lado en cuanto a salud, hay un 78 % de la población que no cuenta con seguro social. En cuanto al sistema educativo, se encuentra entre los peores de América Latina según el Foro Económico Mundial.