Marcelo Soza, principal investigador de un caso de presunto terrorismo que denunció el gobierno en 2009 y en el que la policía acribilló a tiros a tres personas en el oriente de Bolivia, presentó su dimisión al cargo.
El fiscal Soza renunció en medio de un escándalo cuando se lo investigaba por presuntos vínculos con abogados de tres ministerios que integraban una red de extorsión desbaratada a raíz de la captura del norteamericano Jacob Ostreicher.
Su renuncia fue confirmada por el fiscal general Ramiro Guerrero, horas después de haberlo confirmado como cabeza de investigación del presunto caso de terrorismo que llevó a prisión a 39 empresarios, dirigentes cívicos y políticos,
A ese complot se le atribuye la intención de separar a una parte de Bolivia y hasta de atentar contra el presidente Evo Morales.
Según la agencia de noticias Ansa, Soza argumentó “motivos personales” para justificar su renuncia, aunque algunas fuentes dijeron que fue porque es investigado a raíz de una supuesta grabación en la que el fiscal vincula a algunas autoridades con el caso de terrorismo de 2009.
La senadora opositora Carmen Eva González difundió la grabación y fotos de un acto social, aparentemente por el cumpleaños del fiscal, en las que Soza aparece junto a los abogados involucrados en la red de extorsionadores.
El supuesto caso de terrorismo que investigaba Soza estalló en abril de 2009 cuando la policía acribilló a tiros al croata-boliviano Eduardo Rosza y a otros dos extranjeros en un hotel de Santa Cruz.
Soza estuvo ausente en la audiencia judicial de ayer en la que al reabrirse el caso debía presentar pruebas contra las personas a las que acusó de participar en el presunto caso de terrorismo que incluía planes para dividir a Bolivia.
Moisés Ponce de León, abogado de Soza, expresó que perdió contacto con su cliente el sábado, por lo que no tenía idea de los motivos de su ausencia en la audiencia de ayer en Santa Cruz.