La juventud tunecina organizada envió hoy un mensaje de compromiso con la revolución nacional e internacional en la jornada de cierre del Foro Social Mundial (FSM) celebrado en Túnez, cuna de la primavera árabe.
Cuando muchos cuestionan el papel político del encuentro antiglobalización, los jóvenes tunecinos se apropiaron de él para decirle al mundo que no están dispuestos a dejar en manos de otros el destino de su país.
“La juventud tunecina fue la impulsora de las revueltas en el mundo árabe, que luego tuvieron su réplica en los países del sur de Europa y a cierta escala global, por eso no vamos a abandonar esta lucha, iremos hasta el final”, afirmó en declaraciones a Télam Ben Zaleb Breiluin, dirigente de la Unión General de Estudiantes Tunecinos (UGET).
“No dejaremos al país en manos de gobiernos reaccionarios -en referencia el gabinete el partido islamista Ennahda-, tenemos experiencia por nuestra participación en la revolución y nuestro objetivo es la emancipación nacional y de los pueblos del mundo, y tenemos una identidad popular y patriótica”, remarcó el joven.
“La revolución recién comenzó, no vamos a permitir que nos la arrebaten, el objetivo es libertad, democracia y justicia social”, añadió en la misma línea Abdessalem Day, estudiante de 26 años, y dirigente del “Movimiento No pasarán”.
Esta organización se creó hace solo dos días, en el ceno del FSM, explica el joven, quien destacó que la reunión mundial anticapitalista sirvió “hacer crecer al movimiento tunecino” y sus “lazos con las luchas por la liberación nacional e internacional”.
“La revolución logró la libertad de expresión, pero la batalla continúa, no alcanza con eso”, subrayó.
En ese sentido, el FSM se convirtió en un símbolo del único cambio claro y de gran calado que se percibe en el nuevo Túnez desde la caída del régimen de Zine el Abidine Ben Alí (1987-2011) como consecuencia de la revuelta popular.
“Por primera vez se ve a Túnez así, con este libertad de asociación y organización. Todo el mundo se puede encontrar y hablar aquí; reunirse y conectarse internacionalmente, esto es un gran beneficio para los tunecinos”, explicó el joven dirigente estudiantil.
El Campus de la Universidad de Túnez El Manar experimentó una transformación sin precedentes al convertirse esta semana en el punto de encuentro de miles de organizaciones y movimientos de todo el planeta.
Hubo debates, charlas, y también actividades lúdicas y culturales, como conciertos de rap, con mensajes contestatarios.
En el último día de actividades, el “Campamento de los jóvenes del Martir Chokri Belaid” (por el líder opositor tunecino recientemente asesinado), concentró todas las miradas.
Allí, una decenas de organizaciones juveniles, desde feministas, movimientos contra la tortura, el sindicato estudiantil (UGET-Unión General de Estudiantes Tunecinos), y la RAJ-T (Asamblea Alternativa), convocaron charlas, debates, presentaron obras de teatro y hasta un homenaje al fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
“Con este homenaje a Chávez queremos expresar nuestro compromiso con la lucha nacional e internacional contra el imperialismo”, sostuvo ante Télam Zied Zarrain, miembro de la RAJ-T y UCJT (Unión Comunista de la Juventud Tunecina).
Más de dos años después de la rebelión que acabó con la huida del presidente autocrático Ben Ali, el 14 de enero de 2011, en este país del magreb proliferaron las organizaciones y plataformas que trabajan por los objetivos de la revolución.
Asimismo, desde el asesinato del dirigente opositor Chokri Belaid, el 6 de febrero, los jóvenes tunecinos también tienen un icono que llegó para llenar un vacío, la ausencia de un liderazgo fuerte capaz de aglutinar todos los esfuerzos.
“Chokri y su militancia representan la lucha por la libertad, contra la teocracia, por la democracia y a favor de los desfavorecidos. Es un referente de todo el frente de la izquierda tunecina, y ahora de todo el pueblo”, señaló Aida Mehrez, de la OTC (Organización Tunecina por la Ciudadanía).
El FSM, nacido en Porto Alegre en 2001 como punto de encuentro de la izquierda anticapitalista, había perdido centralidad como eje aglutinador de las protestas de los últimos años.
Con el eje contestatario lejos de Latinoamérica e instalado en el mundo árabe y los países europeos castigados por las políticas de ajuste, donde los movimientos se caracterizaron por la falta de estructura y liderazgos, la cita se percibía como una herramienta anacrónica.
Sin embargo, la celebración del FSM en Túnez demostró que los jóvenes rebeldes de este país, que buscan impulsar un verdadero cambio, apuestan por las estructuras tradicionales como los sindicatos, partidos políticos y asociaciones. Y, sobretodo, una fuerza aglutinadora, algo que ahora encontraron en Chokri Belaid.
El FSM se clausura oficialmente mañana con una manifestación en apoyo al pueblo palestino.