La sostenibilidad depende de la forma en que los alimentos se producen y consumen.
Los pequeños productores, los circuitos de producción y consumo a nivel local y la recuperación de cultivos tradicionales desempeñan un papel importante en la reducción del hambre, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
Graziano da Silva señaló que la Revolución Verde de la década de 1960 había aumentado la disponibilidad per cápita de alimentos en más del 40 por ciento, pero a costa de una pérdida de la diversidad alimentaria al centrarse en unos pocos cultivos y con un grave impacto sobre el medio ambiente derivado del uso intensivo de productos químicos.
Pero ahora existe una tendencia hacia el cultivo y la comercialización de alimentos tradicionales, hacia la mejora de la infraestructura y los mercados locales y a ayudar a los pequeños productores, todo lo cual es positivo para el medio ambiente y la economía de las zonas rurales, donde el hambre tiene mayor incidencia, explicó.
«Los cultivos infrautilizados … pueden tener un impacto positivo en la seguridad alimentaria», dijo. «La recuperación de estos cultivos es una vía hacia la seguridad alimentaria. También significa redescubrir sabores perdidos e identificar otros nuevos. Eso es algo que les une a todos con los agricultores pobres del mundo «, indicó el Director General.
Graziano da Silva mencionó la yuca en África y Sudamérica y la quinua en los Andes como cultivos alimentarios que están obteniendo el éxito que se merecen, en beneficio de los agricultores pobres y sus familias. Este año 2013, se celebra el Año Internacional de la Quinua, y estimulará la producción de este alimento, del cual casi la totalidad de su producción está en manos de pequeños productores.
2014 será el Año Internacional de la Agricultura Familiar
Naciones Unidas celebrará durante el 2014 el Año International de la Agricultura familiar, AIAF 2014, señala el último Boletín de Agricultura Familiar de la FAO.
El Año Internacional de la Agricultura Familiar será fundamental para sensibilizar a los gobiernos y a la opinión pública sobre la importancia y la contribución de la agricultura familiar a la seguridad alimentaria y a la producción de alimentos.
Este sector es un pilar de la seguridad alimentaria regional: el 80 % de las explotaciones agrícolas de América Latina y el Caribe son parte de la agricultura familiar. El sector genera sobre el 70 % del empleo agrícola de la región.