Los balcones hallados son plataformas de aproximadamente 10 por 15 metros de base y de 10 a 12 metros de altura, que se ubican en partes altas de la antigua ciudad.
Los investigadores han hecho este descubierto con la ayuda de sensores remotos y de teledetección utilizados por primera vez en esta zona arqueológica ubicada cerca de la ciudad de Papantla.
El INHA, en un comunicado, citando a la doctora Guadalupe Zetina, investigadora de la zona arqueológica y especialista en sistemas de información geográfica y sensores remotos, indica que este hallazgo significa una nueva era para la arqueología en México, pues ha roto el esquema del trabajo arqueológico.
“(…) Ahora primero determinamos, a partir de imágenes digitales en dos y tres dimensiones, dónde están los vestigios, para así dirigir los esfuerzos concretamente, de esta forma se avanza más rápido en las exploraciones”, sostuvo Gutiérrez.
Se trata de la ortofotogrametría (fotos aéreas georreferenciadas y sin error derivado de curvatura de la Tierra); el LIDAR o escáner láser (para detectar elementos y generar imágenes digitales), y la termografía (para conocer etapas constructivas o grietas dentro de los edificios).
Sumando este hallazgo, la cifra total de las estructuras deportivas en esta ciudad majestuosa asciende a 20; sin embargo, el INHA da la posibilidad de que aumente el número de las canchas, pues solo se han realizado estudios en las partes sureña y norteña de esta zona.
El territorio mexicano, rico en restos arqueológicos, concede muchas evidencias remotas de la presencia humana en esta región del continente americano.