Las acciones realizadas en vida no se detienen jamás. Y Hugo Chávez ha desplegado en su paso por este mundo grandes acciones que ayudaron a su pueblo y a los pueblos hermanos. Eso hacen los hombres grandes, acciones trascendentes, infinitas, que siguen operando en la conciencia y en la realidad efectiva de aquellos que continúan su legado.

 

Empezó solo, en pleno neoliberalismo, el único Presidente sudamericano que comenzó a hacer frente al Poder Financiero Internacional, al imperio, a la derecha retrógrada y le devolvió la dignidad poco a poco al pueblo venezolano. Puso toda su fuerza en consolidar la integración latinoamericana para poner en pie nuevamente a sus pueblos junto a los Presidentes progresistas, líderes sociales y organizaciones políticas de la región.

 

El entierro del ALCA en Mar del Plata en noviembre de 2005, la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que numerosos países se independizaran del Fondo Monetario Internacional, son algunos de los grandes aportes en los cuáles Chávez tuvo un importante protagonismo. En acuerdo con líderes, personalidades fuertes como Néstor Kirchner, Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa consolidaban la independencia y la soberanía de Latinoamérica, mientras que se abría un nuevo paradigma social, político y cultural que comenzaba a desplegar nuevas líneas frente a una globalización dirigida desde Washington.

 

En Venezuela las misiones sociales bolivarianas desarrolladas en diversas áreas centrales para mejorar las condiciones de vida del pueblo han beneficiado a 20 millones de venezolanos. Por ejemplo, la Misión Robinson, un programa social que alfabetizó a 1.800.000 personas, más los programas destinados a la alimentación, al acceso a la salud, a la vivienda digna, a la jubilación, fueron los grandes actos políticos que unieron a Chávez con su pueblo, que hoy lo abraza y le agradece en su tránsito a otro espacio-tiempo.

 

Que el legado de Chávez avance y se fortalezca en dirección humanizadora. Que los cuadros políticos, los referentes, las organizaciones sociales puedan continuar las mejores acciones desarrolladas en vida por el bolivariano. Que una profunda espiritualidad sea la unión de los venezolanos en este momento de fuerte cambio y contribuya a seguir desplegando una acción política para superar dolor y el sufrimiento en la sociedad venezolana, mejorando sus condiciones materiales de existencia, que son en definitiva el fin último y el sentido que mueve a las más elevadas causas humanas.