En todo el estado español, la Marea Ciudadana ha sacado a la calle a cientos de miles de ciudadanos para manifestar su rechazo a la corrupción y al golpe de estado financiero, que se ha traducido en apoyo con fondos públicos a los bancos, recortes en sanidad, educación y servicios sociales en general; en empobrecimiento de una vasta capa de la población y en el enriquecimiento cada día más escandaloso de unos pocos.
Las protestas han tenido lugar en decenas de ciudades y pueblos. En las grandes ciudades, las manifestaciones partían de diferentes puntos para encontrarse en lugares emblemáticos, asociados al poder político o a la banca.
En Madrid, la Marea Ciudadana ha confluido en la Plaza de Neptuno, al lado del Congreso de los Diputados. Allí, a las 7 de la tarde se ha producido un grito silencioso, un minuto de silencio al que ha seguido un contundente «¡Si se puede!», coreado por miles y miles de personas. A lo largo de todo el recorrido y en el encuentro conjunto, el tono ha sido al mismo tiempo que reivindicativo muy lúdico, como quedaba claro en una pancarta alusiva al cuestionamiento de este sistema y en la que leíamos «no es una crisis, es que no te quiero»; carteles, música y la voz rota en un afán por dejar claro «¡que no, que no, que no nos representan!».
Fotos de Juan Martin Zarza
La convocatoria estaba apoyada por todas las ‘mareas’, cada una con el color que la define (naranja: servicios sociales; negro: mineros; azul: no a la privatización del agua; verde: por la educación pública; blanca: por la sanidad pública; multicolor: porque los gastos militares se conviertan en gastos sociales…).
Entre las muchas anécdotas, nos ha llamado la atención la acción llevada adelante por un grupo numeroso de bomberos, vestidos con su traje de faena, quienes han formado un cordón de seguridad entre la policía y los manifestantes. Uno de sus miembros declaraba “… es un servicio a la ciudadanía y esto sí lo tenemos que hacer los bomberos… Rescatamos a las personas, no a los bancos”, en clara alusión a la acción del gobierno y al papel que se les pide que cumplan en determinadas situaciones en contra de personas o grupos de ciudadanos y con el cual no están de acuerdo.
Estas manifestaciones pacíficas e inclusivas han sido contestadas por el portavoz de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, quien ha tenido el valor de calificar a los manifestantes como “manipulados por grupos anarquistas, ultraizquierdistas, antisistema, que pretenden contrariar el sistema democrático… que pretenden imponen auténticas dictaduras…”.
Mientras, en otros países, desde Francia hasta Indiase, se han sucedido concentraciones de apoyo a los protestas españolas.
Y, ya terminada la manifestación, se están produciendo detenciones en zonas cercanas cuando los manifestantes se quedan en grupos pequeños. Esto ha motivado que inmediatamente se haya convocado, para esta mañana de domingo, una concentración a las 12 como protesta.