El gobierno nacional progresista de Argentina tiene su calvario en algunas provincias donde políticos profesionales se acercan en tiempo de elecciones para subirse al carro triunfal de Cristina Fernández de Kirchner y al presunto reparto de fondos nacionales para grandes obras. Instalados en el poder, comienzan a “posicionar” sus caras para las futuras elecciones, desatienden la gestión y chocan con frecuencia con las políticas nacionales. Para comprobar lo que decimos apuntamos algunas situaciones aberrantes, a título de mero ejemplo: no hay más que mirar a Formosa (no respetan el derecho y la vida de los originarios); a Chaco (autorizó una base de EU y tuvo que echar atrás); a Salta (la educación religiosa es obligatoria, los bosques se talan para cultivar soja); a Tucumán (inseguridad, impunidad policial, represión, colaboradores de la dictadura como funcionarios); a Córdoba (todo en retroceso, salvo la publicidad y la política “cultural” de pan y circo), o en Capital Federal, donde el jefe de la Ciudad Autónoma no se hace cargo de los asuntos públicos y despotrica contra la administración central.
Todos esos personajes que buscan llevar las aguas para su propio molino son lo que podríamos llamar “paraopositores”, por cuanto parece que estuvieran con la gestión nacional sólo en elecciones y luego trabajan para sí mismos sumándose, en muchas ocasiones, a las demandas de la oposición. Con todo ese barullo, venteado por los medios comerciales de comunicación, un observador no avisado puede concluir que el clima social es mayoritariamente contrario a quienes están en el poder. Así se equivocaron muchos en octubre de 2011 cuando, en circunstancias similares, llegaron las elecciones y la presidenta CFK obtuvo el 54% de los votos.
Uno de los “caballitos de batalla” de la oposición es la libertad de prensa, un eslogan que enerva a los medios en todo el mundo. Es un tema caro a la opinión pública y, tal como lo presentan los medios comerciales, es un alerta mundial. En Argentina existe la más amplia libertad de prensa imaginable. Los únicos que se quejan de “peligros potenciales” o tienen “temores” son los que expresan irrestrictamente esos pensamientos por los medios, con lo que quedan en ridículo reiteradamente. Nunca hubo una denuncia basada en hechos.
En la provincia de Córdoba que otrora fuera gestora de grandes cambios y ahora es un bastión conservador, el gobernador José Manuel De la Sota -aspirante a integrar una fórmula presidencial en 2015- ha censurado a la Televisión Digital Abierta -gratuita- que propicia el gobierno nacional. Juan Montes, referente de Coalición por una Comunicación Democrática, afirma que “se intenta clausurar el proceso de desarrollo de la Televisión Digital Abierta” y que la decisión gubernamental “no tiene ningún tipo de asidero ni jurídico, ni administrativo y mucho menos político”.
La información comprobada que circula desde hace un mes y medio y ha llegado a todo el país y fuera de él, es que De la Sota ha clausurado las antenas que emiten las señales de la Televisión Digital Abierta con el argumento de que producen “contaminación ambiental”. El pretexto es débil porque la intensidad de este tipo de antenas es inferior 5 veces a la que emite la telefonía celular; 10 veces menor a la de cualquier Radio FM y 100 veces menor a cualquier antena de sistema analógico que existen por todo el territorio del país.
Que De La Sota ha censurado la TDA es un hecho. Pero ¿a dónde apunta esta medida?
El tema de fondo es el control de la información y el manejo comercial de los medios. En este momento la TDA es una señal que está en sus comienzos, con sólo 20 canales, pero en dos años podrá competir en muy buenas condiciones con el sistema actual de televisión abierta más televisión por cable, corporaciones instaladas en la Capita Federal. “Entonces –razona Montes en una entrevista de la Agencia Paco Urondo (APU) – lo que se está intentando con esto del monopolio es clausurar el proceso de desarrollo de la Televisión Digital Abierta para que la gente siga cautiva del Grupo Clarín”.
“La Televisión Digital Abierta” –leemos en una Solicitada de la CCD– “garantiza una mayor pluralidad de voces y discursos, no sólo porque representa una opción gratuita para los usuarios argentinos, sino porque abre también un continente laboral para miles de trabajadores de la comunicación que hoy por hoy tienen bloqueado el acceso a las empresas concentradas”
El gobernador/opositor que busca promocionarse para el 2015 parece haber elegido el bando de las grandes corporaciones mediáticas y procura sumar puntos ante esos nuevos mandantes quitándole al pueblo cordobés la posibilidad de informarse, divertirse y educarse gratuitamente con TDA. Una inversión que dudamos le reditúe electoralmente.