En su reciente Congreso Nacional, el Movimiento por la Asamblea Constituyente resolvió participar en las elecciones del año 2013, presentando una candidatura presidencial que contribuya a la movilización y unidad de las fuerzas sociales en torno a la exigencia de una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución Política del Estado.
Aunque la normativa vigente en materia electoral está plagada de trampas y restricciones, utilizaremos este escenario para reivindicar los derechos de soberanía popular y de autodeterminación de los pueblos de Chile que, en la práctica, han sido usurpados desde 1973 hasta nuestros días.
Uno de los principales redactores de la Constitución de 1980, el abogado Jaime Guzmán, confesó que, según ésta, “quienquiera que gobierne tendrá que hacerlo como lo haríamos nosotros”. En consecuencia, quien prometa solucionar los grandes problemas que aquejan a Chile sin cambiar esta Constitución, incurre en demagogia e irresponsabilidad, porque aún en el caso de obtener el 70% de los votos, la camisa de fuerza institucional le impedirá materializar los cambios esenciales que nuestro pueblo reclama. La actual institucionalidad sólo permite ajustes cosméticos en aspectos subalternos siempre que no impliquen reemplazar el carácter subsidiario del Estado, en virtud del cual se legitima el saqueo de las empresas extranjeras que se llevan nuestro cobre y demás recursos naturales, las colosales ganancias de la elite empresarial – en particular del capital financiero y especulativo –, la sobreexplotación del trabajo asalariado, la discriminación de los pueblos originarios, la depredación de la naturaleza y todo aquello que ha convertido a nuestro país en una neocolonia en que prevalece una escandalosa desigualdad e injusticia social.
Los poderes fácticos han pasado a controlar no sólo la economía, la base material y productiva del país sino que, además, intentan manipular la conciencia de las personas y producir un apagón cultural, mediante una férrea censura en los medios de comunicación para que los ciudadanos “de a pié” ignoren la magnitud de los abusos, de las injusticias, de la corrupción e inmoralidad que imperan en la sociedad y el Estado. De esa manera pretenden encubrir la catástrofe educacional -develada por las grandes movilizaciones estudiantiles de los años recientes-, ocultar el negociado en la salud, proteger la especulación gansteril que las AFP realizan con los ahorros previsionales de sus afiliados, reprimir las justas reivindicaciones de los pueblos originarios y criminalizar las protestas sociales.
No se puede permitir que las dos coaliciones que han gobernado en los últimos 5 períodos presidenciales al amparo de la Constitución pinochetista continúen en la administración del Estado, porque ello implicará más abusos, más represión, más exclusión social, menos soberanía sobre nuestro patrimonio, menos patria, menos democracia, menos libertades y derechos para la gran mayoría de los chilenos.
Por estas razones, la bandera principal de una candidatura será el cambio de la Constitución mediante una Asamblea Constituyente verdaderamente representativa de todos los pueblos de Chile. Para esto es necesario contar con una nueva fuerza política intransigentemente democrática y profundamente inserta en la base social, que luche, más allá de las elecciones presidenciales y parlamentarias, por la convocatoria a un plebiscito o consulta que resuelva la instalación de esta Asamblea Constituyente, y luego, para elegir los representantes del pueblo mandatados para redactar una nueva carta fundamental, rechazando el mesianismo que limita el rol de los ciudadanos a la emisión de un voto, relegándolos, posteriormente, a una condición pasiva, como simple clientela subordinada a la toma de las decisiones de las elites dominantes.
Una candidatura así será una escuela de participación ciudadana para que el pueblo asuma su rol como Poder Constituyente originario, única fuente de legitimidad capaz de convocar a una Asamblea Constituyente, paso insoslayable para realizar una efectiva transición a la democracia y reemprender el camino de la emancipación nacional y social de los pueblos de Chile.
Los convocantes estiman que el candidato natural para cumplir esta tarea es el ciudadano Gustavo Ruz Zañartu, miembro fundador y Coordinador Nacional del Comité de Iniciativa por una Asamblea Constituyente, estimando que reúne las condiciones morales, intelectuales, políticas y culturales para impulsar, en todo el territorio, el Proceso constituyente, esto es, el empoderamiento de la ciudadanía desde las bases sociales, a fin de alterar favorablemente la correlación de fuerzas políticas y superar los obstáculos que bloquean la democratización del país y el pleno usufructo de nuestras enormes riquezas que hoy se dilapidan a manos de un puñado de empresas extranjeras que han secuestrado la economía nacional.
Se trata de un representante de los movimientos sociales que ha demostrado coherencia entre lo que piensa, lo que dice y lo que hace. Desde su más temprana juventud fue amalgamando su militancia política con su liderazgo social como dirigente de los estudiantes de Ñuble, de la Universidad de Concepción y de la Universidad Técnica del Estado, en los años sesenta. Ha demostrado una vasta cultura; honestidad; independencia de las cúpulas partidistas y de los poderes fácticos; talento para el trabajo en equipo desde las bases sociales; capacidad para escuchar y generar consensos; fortaleza para enfrentar dos períodos de clandestinidad en la lucha antidictatorial; conducta digna y altiva para resistir la cárcel, la tortura y el exilio; pasión y perseverancia para explicar con rigor y claridad aquellas grandes ideas y reivindicaciones que unen a nuestros pueblos, tales como la renacionalización del Cobre, la defensa de nuestros recursos hídricos, forestales, pesqueros y la defensa de la Madre Tierra. Ha sostenido una inquebrantable conducta de solidaridad con los pueblos originarios, de vital compromiso con los derechos humanos, de vertical denuncia de los abusos que cometen a diario las empresas monopólicas que controlan los servicios de salud, educación, luz, agua, gas, peajes en carreteras y que especulan con los fondos previsionales de millones de personas. Se conoce su permanente aporte a la unidad e integración latinoamericana, en particular al reencuentro de los pueblos chileno y boliviano; y su fuerte respaldo a las movilizaciones estudiantiles, obreras, campesinas y de las asambleas ciudadanas en las diversas regiones del país.
La batalla electoral no puede servir de pretexto para inhibir o paralizar las luchas sociales. Por el contrario, la candidatura de Gustavo Ruz Zañartu emerge desde las entrañas de la lucha social y podría ser, por lo tanto, un instrumento dinamizador de las demandas populares procurando que en cada calle, barrio o comuna y en cada agrupamiento cultural o social, la ciudadanía se prepare para intervenir en la convocatoria a una Asamblea Constituyente, en la que se abrirán las grandes alamedas hacia un Chile libre, soberano, fraterno y solidario, en que la participación ciudadana adquiera el rol de fuerza articuladora de la sociedad.
El gran protagonista y conductor de esta lucha será el pueblo unido y organizado como sujeto social dueño de su propio destino. Independientemente del resultado electoral, este será, con certeza, un triunfo histórico.
Por lo anteriormente expuesto, los abajo firmantes proponen la candidatura presidencial de Gustavo Ruz Zañartu.
(Enviar adhesiones a procesoconstituyente2013@
Jacques Chonchol, Economista, ex ministro de agricultura del Presidente Allende | |
Hernán Bosselin Correa, abogado, ex diputado y ex Vicepresidente del PDC. | |
Susana Giácaman Mondaca, Presidenta Fed. De Estudiantes Universidad del Mar; Encargada Comunicacional del Movimiento de Estudiantes de Educación Privada | |
Carlos Lemus, Presidente Sindicato Lancheros, Muelle Prat, Valparaíso | |
Sergio Fernández Riquelme, Secretario Asociación de Fútbol Amateur, Quinta Región | |
Eric Vargas Quinchaman, lonco mapuche huilliche, Puerto Montt | |
Carlos Tomic Errázuriz, Ingeniero Comercial, Comité de Defensa del Cobre | |
Ivonne Szasz, Socióloga, Académica en el Colegio de México | |
Hugo Zemelman, Ex director Escuela de Sociología de la U. de Chile, ex académico en el Colegio de México. |
|
Cosme Caracciolo, Dirigente Nacional de los pescadores Artesanales. | |
Alicia Muñoz, dirigente nacional Campesina, ANAMURI | |
Rogelio de la Fuente Gaete, ex diputado socialista, profesor de la UAM, México. | |
Mafalda Galdames, Marcha Mundial de las Mujeres, coordinación Chile. | |
Bernardo Reyes Ortiz, Ecólogo. | |
Juan Bautista Henríquez, Presidente Comisión Nacional Ciudadana de DDHH del PPD. | |
Oscar Núñez Bravo, ex Presidente Nacional de la CUT. | |
Hervi Lara, teólogo, miembro de la Comisión Etica contra la tortura. | |
Pedro Marin Mansilla, Dirigente Sindical minera La Escondida, Antofagasta | |
José Venturelli Barón, Médico, Vocero Comisión Ética contra la Tortura en el Exterior. | |
Nicola Hadwa, Comité chileno de solidaridad con Palestina | |
Marcelo Reyes Ortíz, Médico salubrista, Radiólogo, Comité de Iniciativa por una Asamblea Constituyente |
|
Matías Sagredo, Coordinador Red de Estudiantes y Ciudadanos de Chile por la Asamblea Constituyente |
|
Ernesto Navarro Guzmán, Economista, Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), Académico Univ Autónoma Metropolitana, Presidente Comunal Partido Socialista de Chile en México |