Mientras en América Latina comienzan a soplar vientos que de a poco van despejando los cielos de la bruma neoliberal y dejando ver un horizonte Humanista posible, según algunos analistas en Chile ha habido cosas interesantes en el último tiempo. Para Patricio Andreu, secretario de relaciones institucionales de la Federación Internacional de Partidos Humanistas (PHI), esto viene ocurriendo específicamente a partir de la Revolución Pingüina. “Primero, su acción fue clara y tuvo una dirección definida, la Educación gratuita y de calidad. Pero luego se fueron sumando a ese proceso otras fuerzas, también desde el mundo ciudadano. Quienes quieren un cambio en el bienestar porque constataron que las ISAPRE y las AFP los están engañando”.
Andreu destaca que también han surgido movimientos de carácter regionalista como en Magallanes, como el caso de Aysén, en Calama, Freirina, donde la ciudadanía comienza a tomar protagonismo y empieza a decir “¡Esto es lo que queremos, y no queremos otra cosa!… ¡Queremos que nos solucionen este problema!”, y que es posible ver cómo esa presión ha funcionado y el Gobierno ha tenido que retroceder en muchas de las cosas que ha planteado.
¿Y hacia dónde es que la ciudadanía estaría queriendo ir?
Es muy interesante cuando la gente empieza a plantear qué es lo que quiere y a indicar hacia dónde tienen que ir los acontecimientos. Desde ahí surgen movimientos como el de una Asamblea Nacional Constituyente que son muy interesantes, porque significa que la ciudadanía toma las riendas del carro y también indica la dirección diciendo “¡Hacia allá queremos ir!”. Pone las condiciones y deja de tener representantes, sobre todo a esos que no lo son y que siempre se empeñan en ir hacia donde se les antoja, generalmente en la dirección contraria de hacia donde quiere la gente. En el caso de la Asamblea Constituyente la gente es la que pone la dirección y empieza a desconocer a la clase política.
¿Se puede llegar a un divorcio total?
Si. De entre la clase política chilena, en específico de la Concertación, yo no conozco a nadie que antes del regreso a la democracia -a esta pseudo democracia que resultó ser finalmente- no haya querido un cambio constitucional. Pero durante todos los años en que gobernó, la Concertación hizo mutis en torno al tema del cambio constitucional, no se habló de eso jamás. Recién ahora que se han producido estos movimientos ciudadanos empiezan a hablar de cambio de la Constitución. Algunos de la Concertación hablan de Asamblea Nacional Constituyente, pero los más duros hablan de cambio de Constitución, pero dicen: “La Constitución la cambiamos nosotros”. Nada de Asamblea Constituyente porque saben que es un peligro, pues resulta en una pérdida de poder para la clase política.
“Entonces, desde ese punto de vista nosotros miramos con optimismo lo que está sucediendo acá en Chile, porque hay indicadores que dan cuenta que la ciudadanía empieza a querer tener el control de lo que está pasando en el país. Otra muestra es el porcentaje de abstención que hubo en los últimos comicios municipales, casi de 70 puntos. Algo absolutamente inédito en Chile, casi un 70 por ciento de la población no quiso votar. Y de allí surge un sinnúmero de interpretaciones, pero claramente la interpretación es una sola, que la gente no vota porque encuentra que no tiene sentido ir a votar por políticos que hacen lo mismo de siempre y en los que ya no cree”.
¿Es urgente un cambio?
Sin ir más lejos, este gobierno es lo mismo que los de la Concertación. Siempre se han querido diferenciar la Coalición y la Concertación, entonces la Coalición se dice de Centro-Derecha, y la Concertación se dice de Centro-Izquierda. Pero en realidad ninguno es lo que dice ser. La Coalición es un conglomerado de Derecha con componentes de ultraderecha, y la Concertación también es una agrupación de Derecha con algunos componentes centristas. En síntesis yo diría que la Concertación es la Izquierda de la Derecha, nada más que eso, pues son claramente lo mismo. Ambos han gobernado para la clase empresarial y no para la ciudadanía, y la gente no es tonta, se ha dado cuenta de eso y quiere cambios.-