El gobierno francés movilizará 2500 militares para enfrentar a los grupos integristas, mientras sus efectivos ya entraron en combate. Apoyo de los Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea.
Al iniciarse el séptimo día de la intervención militar en Mali, Francia intensificó sus ataques sumándoles tropas terrestres a los bombardeos, informó hoy el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian.
El incremento de la presión militar en Mali se da en momentos en que el gobierno de Argelia bombardeaba, con un saldo de 49 muertos, una planta de gas donde un grupo islámico tenía tomado decenas de rehenes como «represalia» por la «agresión» francesa a su antigua colonia africana.
El ministro de Defensa francés, quien esta tarde viajó a Berlín para reunirse con su homólogo alemán, informó esta mañana que se había duplicado el contingente castrense para llegar a 1.400 soldados destacados en Mali.
La operación para impedir que grupos islámicos ligados a Al Qaeda se apoderen del país incluirá en los próximos días nuevos efectivos, hasta llegar a unos 2.500 militares.
Junto con el desembarco de los soldados de tierra, aviones Mirage y Rafale y helicópteros Gazelle y Tigre volvieron a bombardear esta madrugada los campamentos y centros de entrenamiento de las fuerzas islámicas que aspiran derrocar a los golpistas que tomaron el poder en marzo del 2012.
La operación Serval fue intensificada en las últimas horas con combates directos entre los militares franceses y los grupos insurgentes en el centro, especialmente en la ciudad de Konnai, el oeste, en Diabali, y el norte de Mali.
Varios enfrentamientos tuvieron lugar en los alrededores de Konnai, ciudad que fue tomada por el grupo Al Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi) el jueves pasado y cuyo control no pudo ser recuperado por la fuerza de intervención.
«Seis islamistas fueron muertos y pudimos recuperar vehículos y destruir algunos otros», indicó un militar maliense a la cadena de televisión internacional France 24.
Los combates continúan en Diabali, una pequeña localidad tomada por los insurgentes de Aqmi el martes.
Las nuevas incursiones aéreas intentaron debilitar a los islamistas, quienes -según medios franceses- están usando a la población civil como escudo humano.
«El comienzo de la fase terrestres revela la amplitud de esta intervención y despierta cada vez incertidumbre», dijo una editorial del semanario conservador L`Express.
«La operación es cada día más potente. Los efectivos ya están en el terreno con más helicópteros y vehículos blindados», indicó, por su parte, el coronel Thierry Burkhard, portavoz del Estado Mayor del Ejército francés.
Burkhard confirmó que aviones de Gran Bretaña, Dinamarca y Bélgica han aportado en las últimas horas material logístico y víveres.
El presidente francés, el socialista Francois Hollande, afirmó el lunes que la intervención militar en Mali era «la única solución» para «liberar al país» y «preservar la integridad territorial del país».
No obstante, pese al apoyo casi general de la clase política y del 75% de la ciudadanía a la intervención, la operación sigue sumando críticas.
El ex ministro del interior conservador Brice Hortefeux cuestionó «la real falta de preparación» de la intervención francesa.
«Los apoyos diplomáticos y logísticos son demasiado moderados, eso da cuenta de una real falta de preparación», expresó Hortefeux, uno de los políticos más cercanos al ex presidente conservador Nicolas Sarkozy.
En ese marco, la Unión Europea (UE) acordó acelerar el despliegue de una misión militar para entrenar al ejército de Mali, que podrá hacerse efectivo a partir de mediados de febrero.
«El ataque en Argelia le otorga otra amplitud a este conflicto. Actualmente debemos confrontar a una dimensión regional e incluso internacional del problema. Esta es la prueba flagrante de que el problema sobrepasa a lo que pasa en el norte de Mali», dijo el embajador francés en Mali.