Estados Unidos esquivó caer en un abismo fiscal en 2013, por el acuerdo de último minuto entre la Casa Blanca y el Congreso que mantuvo en vilo al país durante dos meses.
Con el pacto de anoche terminó un periodo de confrontación que evitó grandes aumentos de impuestos para la mayoría de los estadounidenses, así como recortes del gasto para el Pentágono y otros programas gubernamentales, indicó hoy un reporte del diario The New York Times.
La medida, presentada a la Cámara de Representantes menos de 24 horas después de su aprobación en el Senado, fue aprobada con 257 votos a favor y 167 en contra.
Ochenta y cinco republicanos (entre ellos el presidente de la Cámara baja, John A. Boehner,) e unieron a 172 demócratas a la hora de emitir su sufragio.
Con lo anterior se subirán los gravámenes a las ganancias por primera vez en dos décadas, pero solo para los ciudadanos de más ingresos.
El proyecto de ley deberá firmarlo en breve el presidente Barack Obama, quien ganó la reelección con la promesa de aumentar los impuestos a los ricos.
Poco después de la votación el mandatario se dirigió a la sala de prensa de la mansión ejecutiva para saludar el acuerdo que saca la nación de la crisis fiscal.
Obama calificó de drama el debate que generó el este tema y pidió en lo adelante «no asustar más a la gente».
«Gracias a los votos de republicanos y demócratas en el Congreso, firmaré una ley que aumenta los impuestos al 2 por ciento de los estadounidenses más ricos al tiempo que impide alzas fiscales que podrían haber enviado a la economía de vuelta a la recesión», dijo.
El voto del Congreso fue recibido positivamente por las principales bolsas del mundo, que este miércoles comenzaron el año en fuerte alza.
Mientras, Obama emprendió vuelo a Hawaii, en compañía de su esposa Michelle y sus dos hijas, para retomar sus interrumpidas vacaciones, debido a los debates en el Capitolio.