Irán advirtió que puede abandonar el Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear si es atacado debido a su programa atómico, dijo el representante de este país ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Ali Asghar Soltanieh.

Si Irán fuera atacado, como han amenazado Israel y Estados Unidos, «me temo que el Parlamento presionaría al Gobierno para que redujera su cooperación con el OIEA, o que suspenda las inspecciones de instalaciones nucleares, o incluso que abandone el TNP«, dijo Soltanieh este sábado a la televisión iraní en inglés, PressTV, consignó la agencia EFE.

Soltanieh precisó que, mientras el país no sea atacado, «insistimos en que continuaremos nuestra cooperación con el OIEA», el organismo de la ONU encargado de supervisar el cumplimiento del TNP, del que Irán es signatario, e inspeccionar las instalaciones y actividades nucleares.

Pero también aclaró que «nunca suspenderemos el enriquecimiento de uranio, que está bajo la vigilancia de las cámaras del OIEA 24 horas al día», ya que lo consideró un «derecho inalienable», según los pactos internacionales.

Reiteró que el uranio enriquecido al 20 por ciento que su país produce «está dedicado a un uso pacífico. Por ejemplo, se destina al reactor de investigación de Teherán», usado para producir isótopos radiactivos de uso médico, que según las autoridades de Teherán sirven para atender a 800.000 pacientes.

«Nadie se atrevería a atacar a Irán, pero si hay un ataque, estoy seguro de que habría una dura respuesta», recalcó Soltanieh, quien señaló que se construirían instalaciones mejor protegidas.

Según el funcionario iraní, su país puede «producir localmente todos los componentes» de cualquier instalación destruida en un eventual ataque y «es capaz de reemplazar inmediatamente» las centrifugadoras de enriquecimiento de uranio o los equipos que se puedan dañar.

Irán está sometido a sanciones de las Naciones Unidas por su programa nuclear, así como por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países que sospechan que las actividades atómicas del país persa podrían tener una vertiente armamentista, lo que Teherán niega permanentemente.