Documentos anteriormente secretos revelan que el FBI hizo un monitoreo de Occupy Wall Street desde sus primeros días, tomando a este movimiento no violento como una potencial amenaza terrorista.
Registros internos del gobierno muestran que el movimiento Occupy fue considerado como una amenaza potencial cuando apenas comenzaba a organizarse, en agosto de 2011.
En ese momento se designaron agentes del área de contraterrorismo para seguir las actividades de Occupy, a pesar de que era conocida la oposición del movimiento a las acciones violentas.
El monitoreo se expandió hacia todo el país cuando Ocuppy creció y se convirtió en un movimiento nacional.
Los agentes del FBI compartían información con empresas, agencias policiales y universidades.
Mara Verheyden-Hilliard, de la Asociación por la Justicia Civil (PCJF, por sus siglas en inglés), obtuvo los documentos del FBI a través de la Ley de Libertad de Información. «Podemos ver década tras década que el FBI se comporta de la misma manera, una y otra vez, con cada movimiento por la justicia social. Actúa como la policía secreta del establishment contra el pueblo», dice Verheyden-Hilliard.