Demócratas y republicanos defenderán hoy sus respectivas posiciones en torno a las negociaciones en curso sobre temas tributarios y reducciones del presupuesto para evitar el denominado abismo fiscal. Los programas políticos de las principales cadenas televisivas dedicarán parte de sus respectivos espacios dominicales a ese tema, con la participación de funcionarios de la administración del presidente Barack Obama, así como legisladores de ambos partidos, y especialistas.
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, en una acción poco habitual, aparecerá hoy en los cinco programas políticos principales de los domingos en las televisoras más importantes del país.
Su objetivo principal es convencer a la opinión pública estadounidense acerca de la factibilidad de la propuesta de Obama sobre la política tributaria y las reducciones presupuestarias.
La administración demócrata pretende aumentar los impuestos a quienes ingresen 250 mil dólares anuales o más, con el fin de reducir el déficit y financiar gastos de educación y otros proyectos sociales que permitan impulsar la economía y mejorar la vida de los sectores de menores ingresos.
Los republicanos consideran que la propuesta del mandatario incluye un incremento impositivo que duplica lo que prometió en su campaña electoral y miles de millones de dólares en gastos federales, además de una «autoridad ilimitada» para solicitar préstamos.
Además de Obama, la otra figura más visible en la discusión sobre el abismo fiscal es el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano por Ohio John Boehner, -uno de los políticos más influyentes en Washington-, quien también aparecerá hoy ante programas de alta audiencia.
En las presentaciones dominicales participarán, además, por separado, el congresista demócrata por el estado de Maryland Chris Van Hollen, miembro del Comité de Presupuesto de la Cámara baja; y el director del Consejo Económico de la Casa Blanca, Gene Sperling, entre otros.
De acuerdo con versiones de prensa, algunos demócratas y republicanos admiten en privado que la negociación puede culminar en un incremento de impuestos superior a un billón de dólares, recortes de gastos federales por una suma similar y una promesa de realizar una verdadera reforma tributaria el año próximo.
Según estimados oficiales, si no se alcanza un acuerdo antes del 1 de enero de 2013, la economía de Estados Unidos entraría nuevamente en recesión, la tasa de desempleo que ahora está en 7,9 llegaría a nueve por ciento y la mayoría de los ciudadanos sufriría un incremento sin precedentes de los tributos.
Otro de los asuntos en discusión es el tope de la deuda pública norteamericana que asciende hoy a más de 16 billones de dólares.