Una delegación boliviana de alto nivel presenciará mañana en la sede de la Corte Penal Internacional, en la ciudad holandesa de La Haya, el juicio entre Perú y Chile por un conflicto de límites marítimos. Según el vicecanciller boliviano, Juan Carlos Alurralde, la delegación boliviana la presidirá el embajador del país andino ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Sacha Llorenti, y el titular de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar), Juan Lanchipa.
Acompañarán a Llorenti el embajador de Bolivia en los Países Bajos, Roberto Calzadilla, y el presidente de la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, Héctor Arce.
Según el vicencanciller, «ellos estarán el día lunes ahí cuando se inicien los alegatos, están partiendo de diferentes lugares pero llegarán para los alegatos».
La delegación, según Alurralde, presenciará el inicio y desarrollo de la fase oral del proceso para precisar posiciones y fundamentos jurídicos que ayuden a fortalecer la demanda marítima de Bolivia ante tribunales internacionales en contra de Chile con la intención de lograr un acceso libre y soberano al océano Pacífico.
Bolivia perdió en una guerra con Chile, en el siglo XIX, 120 mil kilómetros cuadrados de extensión y 400 kilómetros lineales de cosas.
Desde entonces, los bolivianos sueñan con recuperar una salida soberana al Pacífico, una determinación que ha incentivado Evo Morales, desde que asumió la presidencia en 2006, quien espera, sin embargo, resolver el conflicto por la vía de la diplomacia.
Chile y Perú, mientras expondrán mañana y el martes sus alegatos orales, en los cuales ambas partes presentarán sus posiciones ante los jueces que conforman el Tribunal Permanente de Justicia Internacional de La Haya.
Perú sostiene que los límites no están fijados y busca que la Corte los establezca en una línea equidistante a las costas de ambos países, con lo que ganaría unos 35 mil kilómetros de mar sobre los que actualmente Chile ejerce soberanía.
Chile, por su parte, defiende que los límites quedaron fijados según los dos acuerdos suscritos en la década de los cincuenta y que no hay temas limítrofes pendientes entre ambos.