Tacheles, la casa okupa berlinesa que fue uno de los centros más representativos de la contracultura europea y símbolo de la Alemania reunificada, fue desalojada hoy «pacíficamente», tras años de disputas judiciales.
Los artistas que aún vivían en el enorme edificio del distrito de Mitte «entregaron las llaves sin ofrecer resistencia», informó la agencia alemana de noticias DPA. «Renunciamos a la violencia», explicó por su parte a la prensa local la portavoz de los ocupantes, Linda Cerna.
Con fin del Tacheles -el edificio construido en 1909 y ocupado por un grupo de artistas en 1990 a meses de caído el Muro de Berlín, impidiendo su demolición- se pierde el emblema de una cultura contestataria, rebelde y alternativa característica de una era, la de la reunificación de Alemania.
Devenido en una atracción turística muy publicitada en la ciudad, los últimos viajeros que vieron los grafitis y las consignas que conservaba de aquella época, sus galerías de arte, salas de cine, teatro y bares donde se hacían intervenciones, llegaron a principios de agosto a Berlín, justo antes de que la Justicia prohibiera abrir sus puertas al público por no contar con un sistema ignífugo eficaz.
Se trata de 23 mil metros cuadrados ocupados hasta hace pocas horas por unos 30 artistas (muchos de ellos argentinos y latinoamericanos) que se negaban a pagar el alquiler ordenado por la Justicia en 2009, y que lograron que se lo declarase «monumento edilicio».
El edificio construido es propiedad de un fondo bancario, pero fue asiento de las SS durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y funcionó como depósito de materiales de construcción durante la época comunista.