Por Zofeen Ebrahim
Con la expansión de un ambicioso programa de salud universal en el norteño estado indio de Rajasthan, el descontento de los médicos es indirectamente proporcional a la alegría de las 68 millones de personas que se beneficiarán de él.
Hace poco más de un año, el gobierno estadual comenzó a suministrar medicamentos genéricos en forma gratuita y masiva, privando a los médicos de la posibilidad de recetar variedades más caras y de marca.
Actualmente se distribuyen unos 350 medicamentos genéricos en forma gratuita, lo que ya llevó a un aumento de 60 por ciento de los pacientes ambulatorios y 30 por ciento de los internados, a pesar de la superpoblación y la falta de personal en los hospitales públicos y a que la gente debe recorrer grandes distancias hasta llegar a uno de ellos.
Unas 200.000 personas se estarían beneficiando ya del programa, según versiones de prensa.
«Esto rompió la conveniente relación que gozaron médicos y laboratorios por décadas», dijo Nirmal Kumar Gurbani, asesor de la Corporación de Servicios Médicos de Rajasthan, creada por el ministro jefe Ashok Gehlot para gestionar el programa.
El especialista habló durante el Segundo Simposio Mundial de Investigaciones sobre Sistemas de Salud, realizado la semana pasada en Beijing.
Gurbani, también profesor del Instituto Indio de Investigación y Gestión en Salud, dijo que el ‘modelo Rajasthan’ se usa como piloto para una iniciativa similar a escala nacional, y que podría ofrecer medicamentos gratis a los 1.200 millones de habitantes del país.
Uno de los objetivos del programa es terminar con la manipulación de precios que hacen farmacias y laboratorios.
«Cipla, por ejemplo, fabrica tres tipos de comprimidos para la gripe con los mismos componentes. Vende el medicamento genérico a las farmacias al precio al por mayor de dos rupias (0,03 dólares) por paquete (de 10 comprimidos) y las versiones de marca a 23 rupias (0,42 dólares)», relató.
«El farmacéutico vende los tres a un valor de entre 27 y 29 rupias (entre 0,50 y 0,72 dólares), según el precio de lista. El paciente queda, así, a merced de médicos y farmacias, y tomará el que le recomiende» el profesional, explicó a IPS.
Para contrarrestar esa práctica, el gobierno compra los medicamentos genéricos directamente al fabricante y «creó una infraestructura para suministrarlos directamente a los pacientes a través de 13.874 centros de distribución» aprobados, añadió Gurbani.
Los pacientes en tratamiento por enfermedades crónicas, como diabetes o cardiopatías, ahora pueden asumir los costos.
«Una marca particular de medicamento para la diabetes cuesta 117 rupias (2,17 dólares), pero nosotros compramos 10 comprimidos genéricos a 1,97 rupias (0,036 dólares)», indicó Gurbani, quien aclaró que la diferencia de precio no compromete la eficacia ni la calidad del tratamiento.
Cambiando vidas
Gurbani, exsecretario del Comité de Listado de Medicamentos Esenciales para el gobierno de Rajasthan, dijo que el gasto médico es la segunda causa más común de endeudamiento en zonas rurales.
En base a datos oficiales, el especialista dijo en la conferencia de Beijing que más de 40 por ciento de los pacientes hospitalizados en India deben pedir un préstamo o vender posesiones para hacer frente al costo del tratamiento.
El gasto de hospitalización dejó en la pobreza a 35 por ciento de los pacientes. De hecho, los costos inaccesibles hicieron que 23 por ciento de las personas enfermas dejaran de consultar a un médico.
La falta de profesionales hizo que el gasto en salud alcanzara cifras astronómicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), India tiene 6,5 médicos cada 10.000 pacientes. Menos de la mitad de China, donde hay 14,2 y muy por debajo de Gran Bretaña, con 27,4.
Solo los fármacos constituyen entre 50 y 80 por ciento del costo de la salud en India, un país considerado la «farmacia del mundo», se lamentó Gurbani.
La industria farmacéutica de India es la tercera del mundo por su volumen con una producción anual equivalente a 25.000 millones de dólares, y ventas locales de 12.000 millones de dólares.
La exportación de medicamentos ascendió a 13.200 millones de dólares el año pasado, y el gobierno prevé casi elevarla a 25.000 millones de dólares para marzo de 2014.
Y sin embargo, subrayó Gurbani, «dos tercios de la población no tienen un acceso regular a medicamentos esenciales».
«Rajasthan tiene un movimiento popular muy fuerte, y con gente como Samit Sharma al frente de la Corporación de Servicios Médicos de Rajasthan, esto estaba destinado a prosperar», dijo a IPS en el marco del simposio de Beijing.
El médico Ravi Narayan está especializado en salud pública e integra All India Drug Action Network (Red Toda India de Acción por Medicamentos).
Tamil Nadu, un estado con 72 millones de personas, también ofrece medicamentos gratis a la población, y Karnataka sigue el modelo, dijo Narayan a IPS.
Al apuntar a una cobertura de salud universal en India para dentro de dos años, ya se presupuestó el equivalente a 55,9 millones de dólares para financiar el programa a escala nacional, y que se espera suministre medicamentos de forma gratuita a 52 por ciento de la población para 2017.
El gobierno central aportará 75 por ciento del monto y los estados se repartirán el resto.
El proyecto de cobertura de salud universal de India contiene muchos aspectos del de Rajasthan, como la adquisición centralizada, las regulaciones para garantizar que los médicos receten medicamentos genéricos, y no de marca, una lista con los fármacos «permitidos» y una distribución limitada a centros de salud estatal.
«No es posible solo en India, sino en todo el mundo», remarcó Gurbani.
«Conceptualmente, el modelo es sólido, pero hay dificultades políticas», dijo a IPS el director ejecutivo de la Alianza para la Investigación de Sistemas y Políticas de Salud de la OMS, Abdul Ghaffer.
«Debe haber una armonía entre el gobierno central, los 28 estados y los siete territorios de la unión de India», puntualizó.
Con un sistema de salud pública ya carente de recursos y con problemas para cubrir las necesidades de sus 1.200 millones de habitantes, 40 por ciento de los cuales son pobres, es un gran desafío ampliar el programar a todo el país.