Por Patricio Guzmán
Las Isapres han tenido las mayores ganancias desde que se creó el sistema de seguros privados de salud durante la dictadura militar.
La Seguridad Social en Chile tiene una historia antigua.
Fue iniciada por grupos de trabajadores, que en el Siglo XIX conformaron diversas mutuales de artesanos y trabajadores asalariados para financiar colectivamente necesidades de protección social. Fruto de largas luchas y reivindicaciones, en la década de 1920 surgió la Seguridad Social con programas estatales financiados con aportes obligatorios provenientes de trabajadores, empresa y de impuestos generales. La ley del seguro obrero obligatorio fue promulgada el 8 de septiembre de 1924, inspirada en la legislación alemana de 1883 de von Bismarck fue la primera en su tipo en América Latina. Esta Ley, estableció asistencia médica, otorgaba medicamentos, atención dental, subsidios de enfermedad, atención maternal y un sistema de pensiones, entre otras prestaciones.
La Seguridad Social.
De acuerdo con la Oficina Internacional del Trabajo: Los Objetivos principales de la seguridad social son : “con independencia de quién asuma la responsabilidad final del ejercicio del derecho humano a la seguridad social, los objetivos principales buscan en todo caso:
Reducir la inseguridad de los ingresos (que incluye el objetivo de erradicar la pobreza) y mejorar el acceso a los servicios de salud para todos con el fin de garantizar condiciones de trabajo y de vida decentes;
Reducir la desigualdad y la injusticia;
Establecer prestaciones adecuadas como un derecho reconocido; y a la vez:
Velar por que no haya discriminación basada en la nacionalidad, la pertenencia étnica o el género, y
Garantizar su viabilidad, eficiencia y sostenibilidad desde el punto de vista fiscal. “
“La seguridad social implica acceso a la asistencia médica y garantía de ingresos, en especial en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes en el trabajo o enfermedades profesionales, maternidad, o pérdida del principal generador de ingresos de una familia. “[2]
Gasto Insuficiente.
Chile gasta en salud el equivalente a 7% del PIB, cifra que se ubica por debajo de los países de la Ocde, que en monto absoluto gastan una cifra mucho más alta por habitante, puesto que su PIB per cápita es mucho más grande. Esto, explica en gran parte la crisis permanente que vive el sistema público, y el malestar por el abuso de las Isapres.
Las Isapres son un negocio, un seguro privado, con fines de lucro.
El sistema de Isapres fue creado durante la dictadura militar, por el Decreto con Fuerza de Ley N°3 del Ministerio de Salud de marzo de 1981,su puesta en marcha fue el año 1983. Aunque en los medios de comunicación controlados por los empresarios a nivel internacional se habla del “modelo chileno de seguridad social”. Los sistemas de AFP y de Isapres, no son sistemas de Seguridad Social. De hecho, forman parte del proyecto más amplio puesto en práctica durante la dictadura militar para acabar con el sistema de Seguridad Social Chileno y reemplazarlo por sistemas privados y de financiamiento individual. No está de más recordar que estas reformas radicales no pudieron ser debatidas democráticamente porque no había libertad de expresión en el país, y las organizaciones de trabajadores sufrían la represión. No obstante llegados los gobiernos civiles, de la Concertación, y el actual de la derecha tradicional, todas estas administraciones legitimaron las privatizaciones de la Seguridad Social tanto en los ámbitos de Salud (Isapres), en que el proceso todavía continúa, y la Salud Ocupacional (mutuales de enfermedades y accidentes laborales) , como en el sistema de pensiones (AFP).
En salud la privatización toma la forma de las Isapres, y otras como el traspaso de fondos públicos al sistema privado de salud, con el pretexto de contratos de prestaciones para la atención de pacientes con patologías con atención garantizada por el programa Auge y otros, y en lo que respecta a las enfermedades laborales y accidentes del trabajo están las mutuales, reconvertidas en la práctica al negocio del mercado, es decir al lucro. Un nicho este último al que las compañías de seguros intentan echar mano.
Contra todo lo afirmado por la propaganda interesada, hay que decir que el reemplazo de la antigua Seguridad Social chilena, por los nuevos sistemas nunca tuvo como finalidad mejorar las prestaciones de salud y jubilaciones, sino aumentar la rentabilidad de las empresas disminuyendo las remuneraciones sociales que están debían pagar, reintroducir al mercado capitalista parcelas de la producción de servicios que escapaban a la lógica mercantil y de lucro empresarial, y aumentar la tasa de ahorro nacional mediante un mecanismo de ahorro forzoso de los trabajadores, aumentando la acumulación de capital.
Ruptura con los principios básicos de la Seguridad Social.
Los nuevos sistemas que buscaban la privatización y reemplazo de la Seguridad Social chilena por sistemas basados en seguros financiados por los individuos afiliados, rompieron el principio básico solidario y de no discriminación de la Seguridad Social.
El principio de Solidaridad se traduce en que el financiamiento es tripartito de parte de asalariados, empleadores y el estado, además se entiende que los trabajadores activos financian a los pasivos que han debido dejar de trabajar temporal o permanentemente, por enfermedad, accidentes, edad, o situaciones transitorias como embarazo y cuidado del recién nacido, y de aquellos que por ser niños o jóvenes son todavía cargas de su familia y la sociedad, mientras están en periodo formativo y de crecimiento.
Además, en un Sistema de Seguridad Social, se entiende que aunque las prestaciones de prevención y tratamiento de la salud sean según las necesidades de la gente, el aporte de cada trabajador estará relacionado con el monto de su remuneración, de esta manera cuando en el periodo en que como adulto joven el trabajador recibe los mejores salarios y necesitará menos prestaciones de salud, pagará más, pero al hacerse mayor y habitualmente percibir menos ingresos y necesitar más atención de salud, este trabajador mayor pagará menos pero percibirá igualmente recibirá las atenciones y tratamientos que necesite. En este sentido la Seguridad Social es el primer gran sistema basado en el principio distributivo de Marx: “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”.
Las Isapres son discriminatorias.
Todos los trabajadores tienen que destinar un 7% de sus remuneraciones para afiliarse a un sistema de seguro de salud, las alternativas son los seguros privados de Isapres, o el sistema estatal, FONASA. Si el salario es bajo como el de la gran mayoría de los trabajadores, para acceder a un plan de salud, o mejorar el que le ofrezca la ISAPRE, deberá pagar un porcentaje adicional.
Alrededor del 17% de los trabajadores están afiliados a alguna Isapre, el restante 83% está afiliado en FONASA.
Un estudio publicado por la Superintendencia de Salud sostiene que: “Al analizar el flujo de cotizantes entre diciembre de 2004 y diciembre de 2009 de acuerdo con sus características, se observa que se retiran del sistema personas de menor renta, mayor edad y mayor número de cargas que aquellas que ingresan, esta situación afecta tanto a los hombres como a las mujeres cotizantes del sistema. En la práctica el recambio se produce desde familias consolidadas más pobres hacia cotizantes jóvenes más ricos y con pocas cargas. Lo anterior, se atribuye al encarecimiento sostenido del Sistema Isapre que hace inviable para las familias más pobres su permanencia a largo plazo “.
Las Isapres se quedan con los mejores clientes, los que tienen mejores remuneraciones y son más saludables, y dejan el resto al Fonasa, “la metodología utilizada por las isapres para fijar las primas promueve una tendencia a la segmentación, es decir, a diferenciar a los individuos conforme a sus propias características que los hacen más o menos propensos a sufrir un daño o deterioro en su salud que deba ser financiado total o parcialmente por la isapre, asignándoles a cada uno de ellos una prima diferente según su nivel de riesgo. “
“Esta característica particular de los seguros individuales de salud afecta principalmente a los grupos de mayor riesgo en salud, dentro de los que se encuentran las mujeres, especialmente en edad fértil y los adultos mayores.”
A diciembre de 2009, había 1.396.035 cotizantes afiliados a alguna Isapre, pero de ellos solamente el 35.3% eran mujeres.
Las mujeres “tienen una difícil relación con las isapres, por cuanto, deben pagar más que los hombres para obtener los mismos beneficios y aún así encuentran barreras en el acceso y restricciones para el uso de determinadas prestaciones. También se postula, que esta situación tendría su origen en factores que encarecen el costo de la atención femenina, como son: un mayor grado de utilización del sistema de salud, una vejez más prolongada y la maternidad, todos los cuales estarían afectándolas tanto en su calidad de cotizantes como de cargas”.
Los mayores son discriminados porque “la legislación vigente faculta a las isapres para adecuar anualmente los precios de los planes de salud, precios que además, han sido establecidos de manera diferenciada según la edad de los beneficiarios.[3] Esta condición, por una parte, limita el acceso al sistema de las personas de tercera edad, por cuanto, las primas que deben enfrentar son bastante altas en relación con las de personas más jóvenes y, por otra, limita la permanencia de los beneficiarios en el sistema, en una etapa de la vida en que el riesgo de enfermar aumenta y simultáneamente, los ingresos disminuyen, determinando una inevitable migración hacia el Fonasa”. [4] Según un estudio de FONASA los aumentos de tarifas en isapres provocan que se dupliquen y lleguen a 30 mil las afiliaciones en el seguro público en los meses de mayor afiliación.
Es en este marco en el que hay que entender las noticias del record de ganancias de las Isapres dadas a conocer ampliamente las semana pasada por los medios de comunicación.
Las mayores ganancias de las Isapres desde su creación.
En el periodo desde julio de 2011 a junio de 2012, las Isapres subieron el precio de sus planes de salud en un 6%, en el mismo periodo del año 2012 a 2013 incrementaron sus planes en un 2,4% adicional.
“Una cifra histórica de ganancias, desde la creación del sistema en 1981, obtuvieron las isapres entre los meses de enero y septiembre de este año. Según el balance que dio a conocer ayer la Superintendencia de Salud, las utilidades del sector llegaron a $ 66.352 millones impulsadas, principalmente, por las alzas que aplicaron las aseguradoras al precio base de los planes.
Esta cifra es un 36,1% superior a las utilidades que obtuvo el sistema de salud privado en el mismo período de 2011 y que llegó a $ 48.759 millones. En tanto, al compararla con las ganancias de los últimos 12 años, le sigue el balance del año 2005, cuando el sector reportó 51.591 millones de ganancias.
De acuerdo con los resultados financieros de las isapres, las utilidades alcanzadas sortearon, incluso, un aumento del 13% que experimentaron las licencias médicas y del 9,6% que crecieron las prestaciones de salud, como consulta médica, exámenes o cirugías.
Según explicó el superintendente de Salud, Luis Romero, la cifra obtenida por las aseguradoras privadas marca un récord y se explican, principalmente, por el reajuste del 6%, promedio, que aplicaron las isapres al precio base de los planes, durante el período julio 2011 y junio 2012. A eso se suma el más reciente alza de planes, que promedió un 2,4% en la industria para los meses de julio 2012 a junio 2013.
“Las utilidades se explican principalmente por el aumento de los precios base a los planes que fue realizado el 2011 y que fue bastante alto, un 6% promedio. Es lo principal que ha afectado estos resultados y continúa el efecto, además, con la nueva alza del 2012”, dijo Romero.
A este factor se suma el aumento de cotizantes en el sistema, que ya sobrepasa los tres millones de afiliados. En total, los beneficiarios en isapre aumentaron en 120.564 personas durante este período, es decir, un alza del 5,5% de la cartera.
Otro elemento que contribuyó a engrosar las ganancias del sistema es la recaudación que hacen las aseguradoras por concepto de la prima Auge, que representa un 8,7% de los ingresos totales y que, dependiendo de la isapre, fluctúa entre $ 3.650 y $ 7.528 mensuales por usuario.
La relevancia de esto último responde a que, pese a que todos los cotizantes pagan esa prima, existe un muy bajo uso del Auge en el sistema privado. Según las estadísticas de la Superintendencia de Salud, desde 2005 a la fecha, en Fonasa se han realizado más de 14 millones de prestaciones Auge, con una tasa de uso del 1,06 por usuario, mientras que en isapre, las prestaciones Auge acumuladas en el período llegan a 749.395, con una tasa de uso del 0,25 por beneficiario. O sea, sólo uno de cada cuatro asegurados de isapre ha utilizado -una vez- este plan”.[5]
Abusando de nuestra inteligencia “el presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, explicó que las ganancias del sector responde principalmente al crecimiento de la cartera y a la disminución de días hábiles, es decir, feriados largos, como el de septiembre pasado, debido a que las personas disminuyen la demanda de prestaciones de salud y reducen, así, los gastos operacionales de las Isapres”, y a inversiones en el mercado de capitales.[6]
El superintendente de Salud, Luis Romero, atribuyó las grandes ganancias a las alzas en los planes de salud.
Cada vez mayores afiliados a las Isapres, deciden reclamar sus derechos ante los tribunales. Hay más de 45 mil casos de demandas de usuarios contra sus Isapres por alza de los planes. Romero destacó que «mayoritariamente -el 99% de los casos- son fallados a favor de las personas que reclaman, porque los jueces también consideran que las alzas deben basarse en alguna consideración técnica».[7]
[1] CIEDESS. La Seguridad Social en Chile.
http://www.ciedessweb.cl/ciedess/que-es-la-seguridad-social/seguridad-social-en-chile
[2] OIT. Seguridad social para la justicia social y una globalización equitativa
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_norm/—relconf/documents/meetingdocument/wcms_154235.pdf
[3] “Cada año las isapres tienen la facultad de revisar los contratos de salud y modificar el precio base del plan del afiliado, a esto se le llama adecuación del contrato. La Isapre debe presentarte una propuesta mediante carta certificada expedida con a lo menos 3 meses de anticipación al mes de cumplimiento de la anualidad contractual (mes en que se celebró el contrato). En el evento que no puedas pagar el nuevo precio informado, la isapre en la misma carta deberá ofrecerte uno o más planes alternativos, que le den la opción de permanecer en la misma aseguradora. En caso de no encontrar un plan alternativo conveniente, podrás presentar una carta de desafiliación antes del último día del mes en que se cumple tu anualidad. Sin embargo, si dentro del plazo que indica la carta no presentas objeción ante la Isapre, se entenderá que estás conforme y la institución aplicará el alza informada”. Superintendencia de Salud
[4] Superintendencia de Salud. Análisis Estadístico del Sistema Isapre con Enfoque de Género Año 2009. Diciembre de 2010. http://www.supersalud.gob.cl/documentacion/569/articles-7036_recurso_1.pdf
[7] Estrategia. 16 de noviembre de 2012. Superintendente de Salud advierte necesidad de introducir mayor control al sistema de isapres.
Fuente: http://revistasocialismorevolucionario.blogspot.com