Quince muertos es el primer saldo de muertos que deja uno de los ataques más violentos de Israel sobre Gaza en los últimos cuatro años. En sus primeras horas el bombardeo registró al menos veinte objetivos, uno de ellos asesinó a uno de los líderes militares de más alto rango de Hamas, Ahmad Jabari, quien murió junto a su asistente Mohammed Hams.
Jabari fue objeto de varios intentos previos de asesinato por parte de la fuerzas israelíes en estos últimos cuatro años. En algunos de los ataques fallidos, los israelíes mataron al hijo mayor de Jabari, a su hermano y a varios de sus primos.
El estado de Israel convocó a los reservistas lo que es interpretado como una señal de inminente ataque por tierra. Junto a esto, el embajador israelí ante la ONU, Ron Prosor, dijo que «esto no ha concluido todavía. Hemos demostrado contención pero si continúan los ataques (por parte palestina), Israel hará todo lo que tenga que hacer para defender a sus ciudadanos», advirtió.
El ataque ha sido calificado como altamente violento y ha sido bautizado como Operación “Pilar de Defensa” por parte del Estado israelí, quien ha justificado la agresión como respuesta a los ataques de rockets que se hacen desde Gaza a Israel por parte de militantes de Hamas.
El ataque ha sido rápidamente condenado por varios países, y el Consejo de Seguridad de la ONU ya está considerando llamar una reunión especial para tratar el tema, tal como lo solicitó Egipto.
El ataque arriesga en convertirse en escalada a una nueva guerra en el Medio Oriente que ya se encuentra pasando por un momento de alta inestabilidad por la guerra civil en Siria y sus efectos en la frontera con Turquía. Puede ser además una buena excusa para algunos países árabes, con inestabilidad interna, para amenazar Israel de manera de fortalecer sus propios procesos.
Gaza fue ocupada por Israel hasta el año 2005, año en que se retiró de esa zona que es actualmente una de las zonas más altamente pobladas del planeta como también una de las zonas más pobres.
En enero del año 2009, apenas unas semanas antes de que Barack Obama asumiera en su primer período, el gobierno de Ehud Olmert lanzó su “Operación Plomo Fundido” que terminó con más de mil muertos y recibió una fuerte condena internacional. El actual ataque coincide con el pronto inicio de Obama para su segundo período.