El partido conservador Kokoomus del actual primer ministro, Jyrki Katainen, se impuso en las elecciones municipales celebradas este domingo en Finlandia, en las que la formación xenófoba Verdaderos Finlandeses duplicó su número de concejales en los ayuntamientos del país nórdico.

Con el 94,6 % de los votos escrutados, los conservadores se mantienen como la fuerza política más votada al obtener el 21,6% de los sufragios, aunque pierden 1,9 puntos respecto a las municipales de 2008, informó la agencia de noticias EFE.

En segundo lugar se sitúa el Partido Socialdemócrata (SDP) de la ministra de Finanzas Jutta Urpilainen, principal socio de los conservadores en el Gobierno de coalición finlandés, con el 19,7% de los votos, un punto y medio menos que en las pasadas municipales.

Verdaderos Finlandeses, partido ultranacionalista y euroescéptico liderado por el carismático Timo Soini, confirmó el fuerte avance que auguraban los sondeos y logró el 12,4%, más del doble que en los anteriores comicios municipales.

Esta formación de tintes xenófobos fue la única que aumentó su respaldo popular y arrebató parte de los votos a todos los demás partidos, excepto al minoritario Partido Popular Sueco (SFP), representante de la minoría sueco-finlandesa.

Sin embargo, perdió 6,6 puntos respecto a las elecciones parlamentarias de 2011, cuando se convirtió en la tercera fuerza política del país gracias al voto de muchos finlandeses críticos con los partidos tradicionales y con los rescates europeos.

Este descenso permitió al Partido de Centro, el otro grupo de la oposición, superarlo y recuperar la tercera plaza en la escena política nacional, con el 19,3 % de los votos.

El principal reto de los cerca de 9.700 concejales elegidos para dirigir los 320 municipios del país consistirá en mejorar el actual sistema público de salud, cuya gestión depende directamente de los ayuntamientos.

Pese a que se introdujo el copago sanitario hace varios años, la escasez de fondos en las arcas municipales provocó graves problemas en la financiación de los servicios sociales y de salud públicos, cuyo costo crece a medida que envejece la población.

Finlandia es el país de la Unión Europea (UE) con menor densidad de población, con solo 17 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que dificulta y encarece el mantenimiento de los servicios sanitarios, especialmente en las áreas rurales.

Para reducir gastos y mejorar la eficacia de la gestión, el Gobierno finlandés quiere reducir notablemente el número de ayuntamientos mediante la fusión de municipios, en la mayor reforma territorial de la historia del país.