Más de 138,5 millones de brasileños acudirán a las urnas este domingo para elegir a nuevos alcaldes y concejales de unos 5.500 municipios, en lo que será la primera prueba electoral que enfrentará la presidenta Dilma Rousseff, casi dos años después de asumir el gobierno.
Pese a que Rousseff disfruta de un índice de aprobación del 77 por ciento y de la enorme popularidad de su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva, el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) llega a los comicios con riesgo de sufrir derrotas en ciudades importantes, entre ellas la crucial San Pablo, considerada la «joya de la corona» del poder político y económico de Brasil.
Según los analistas, los problemas del PT se deben en parte al desgaste natural de los años de ejercicio del poder, pero también refleja los daños a la imagen del partido causados por el juicio de la Corte Suprema a varios de sus exponentes, acusados de comandar una red ilegal que desvió dinero público para pagar sobornos a legisladores aliados entre 2003 y 2004.
Tres de los principales dirigentes del partido oficialista -el ex ministro del Gabinete Civil, José Dirceu; el ex presidente del PT, José Genoíno, y el ex tesorero de la agrupación, Delubio Soares- empezaron a ser juzgados esta semana, y ya fueron condenados por cargos de corrupción activa por tres de los diez magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF).
Según el director del Instituto Datafolha de opinión pública, Marcos Paulino, el juicio del llamado «mensalao» causó daños a la candidatura del ex ministro de Educación Fernando Haddad, quien es el representante del PT en la disputa por la Alcaldía de San Pablo, reportó DPA.
Paulino opinó que las repercusiones del caso le quitaron «al menos cuatro puntos» porcentuales a Haddad, quien, según Datafolha, tiene hoy un 19 por ciento de las intenciones de voto, un índice que lo ubica en el tercer puesto, pero sin descartarse una reacción de último momento que lo lleve a la segunda vuelta.
Según el sondeo de Datafolha divulgado anoche, el ex gobernador socialdemócrata José Serra se sitúa segundo con un 23 por ciento de apoyo a sólo dos unidades porcentuales del conservador Celso Russomano, del Partido Republicano Brasileño (PRB), a quien enfrentaría en la segunda vuelta del 28 de este mes.
Russomano es un popular reportero televisivo apoyado por la neopentecostal Iglesia Universal del Reino de Dios.
El PT también enfrenta problemas en otros importantes reductos electorales como Belo Horizonte -la segunda mayor ciudad del país-, donde su candidato, Patrus Ananías, corre el riesgo de ser derrotado en la primera vuelta por Marcio Lacerda, quien recibiría un 54 por ciento de los votos válidos, según Datafolha.
Además, el PT también podría quedar excluido de la segunda vuelta en la sureña ciudad de Porto Alegre y en la capital del nororiental estado de Pernambuco, Recife, donde sus candidatos marchan terceros.
Los comicios en Brasil se realizan a través de las llamadas «urnas electrónicas», que son ordenadores que permiten que los resultados sean conocidos pocas horas después del término del proceso de votación.
Este año, el Tribunal Superior Electoral (TSE) amplió el uso del sistema de identificación de electores a través de sus datos biométricos, que será utilizado en 295 municipios, donde viven más de 7,5 millones de electores.