El oficialismo brasileño impuso a su candidato a alcalde para un balotaje en San Pablo, su aliado ganó ampliamente en Belo Horizonte, y una fuerza cercana triunfó en Río de Janeiro, los tres distritos de mayor peso y proyección electoral.
El oficialismo brasileño salió este domingo airoso en el primer test rumbo a los comicios presidenciales de 2014, al imponer a su candidato a alcalde para un balotaje en San Pablo, lograr su aliado ganar por amplia diferencia en Belo Horizonte, y triunfar una fuerza cercana al gobierno en Río de Janeiro, los tres distritos de mayor peso y proyección electoral.
De los 5.564 municipios en los que se votó este domingo para alcalde y concejales, el Partido de los Trabajadores (PT) cosechó lo que esperaba en el llamado «Triángulo de las Bermudas», las capitales de los tres estados más poblados de Brasil.
En San Pablo, ciudad considerada «la joya de la corona» en términos electorales, el candidato petista, Fernando Haddad, quien fue ministro de Educación de Luiz Lula Da Silva, logró el segundo puesto para la alcaldía y deberá disputar un balotaje el 28 de octubre con un peso pesado: José Serra, ex gobernador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), acérrimo contrincante del oficialismo.
Serra, quien ya fue alcalde de San Pablo, obtuvo 30,88 por ciento de los votos y Haddad 28,92 por ciento, y ambos superaron el golpe que les supuso el liderazgo que tuvo casi hasta último momento el conservador Celso Russomano, del Partido Republicano Brasileño (PRB), ligado a la Iglesia Pentecostal, quien quedó tercero con 21,53 por ciento de los sufragios, según cifras oficiales, difundidas por la agencia noticiosa estatal ABR.
La candidatura de Haddad, quien fue creciendo desde el tercer lugar en la intención de voto, fue la apuesta fuerte de Lula en el tramo final de la campaña, que lo llevó a dejar de lado el apoyo a cualquiera de sus candidatos en otros distritos complicados para inentar encaramar a su ex ministro en la segunda vuelta de la ciudad más poderosa del país.
El presidente del PT, Rui Falcão, ya anunció la estrategia que seguirá el partido para el balotaje, cuyo eje principal será la alianza con Gabriel Chalita, el candidato del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), integrante de la coalición gobernante a nivel nacional.
«La tendencia, por conversaciones anteriores y el comportamiento de Chalita, es que estemos juntos», señaló Falcão, quien resaltó que el PT conversará con todos los candidatos, incluso con Russomano.
En el tercer distrito electoral del país, Río de Janeiro, los resultados no depararon sorpresas y el PMDB, no sólo aliado al oficialismo sino la mayor fuerza política en Brasil, impuso por abrumadora mayoría al actual alcalde Eduardo Paes, con 64,38 por ciento de los votos.
«Agradezco el voto de confianza para seguir gobernando Río de Janeiro; lo que más me conmovió fue el apoyo de la población que todavía no logró beneficios; sabemos que hemos hecho mucho en los últimos años, pero también sabemos que queda mucho por hacer», dijo Paes, según informó la agencia de noticias DPA.
El alcalde superó ampliamente al comunista Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), quien obtuvo 28,51 por ciento de los sufragios.
Paes asumió como alcalde en 2009 y desde entonces puso en marcha decenas de obras destinadas a modernizar la ciudad con miras al mundial de fútbol 2014, del que Río de Janeiro será uno de sus escenarios, y a los juegos olímpicos de 2016, que tendrá como sede a la ciudad carioca.
El político obtuvo éxito en su estrategia de acercarse al gobierno federal, con lo cual obtuvo el apoyo de Lula y de la actual mandataria, Dilma Rousseff, y compitió en los comicios de este domingo con el apoyo del PT, que se abstuvo de presentar un candidato en Río.
Otro alcalde reelecto fue el de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, Márcio Lacerda, del Partido Socialista Brasileño (PSB), cercano al gobierno.
Lacerda venció con 53,63 por ciento de los votos a Patrus Ananias, candidato del PT, que obtuvo 40,88 por ciento de los sufragios.
En Belo Horizonte, donde no fueron posibles las alianzas de los dos partidos más antagónicos (PT y PSDB), Rousseff corrió un riesgo calculado al optar por un candidato del propio partido como previa al posible enfrentamiento que tendrá en 2014 con el ex gobernador de la provincia y actual senador Aécio Neves.
Los comicios municipales, en los que alrededor de 140 millones de brasileños estaban habilitados para elegir 5.564 alcaldes y 57.434 concejales, se desarrollaron con normalidad y, en los tiempos previstos, se cerraron la votación y se difundieron los datos oficiales ni bien clausurado en acto electoral a las 17 (misma hora en la Argentina).
Las 501.900 urnas fueron abiertas a las 8 (hora de Brasilia) en 20 estados y una hora después en otros seis, ya que Brasil tiene dos husos horarios.
El voto fue obligatorio para todos los ciudadanos brasileños alfabetizados y mayores de 18 años, y optativo para quienes tienen entre 16 y 18 años, para mayores de 70 años y para personas analfabetas.
Los votantes eligieron entre 15.718 candidatos a alcaldes y 449.756 postulantes a concejales.
Todos los cargos quedaron consagrados en primera vuelta en las ciudades de menos de 200.000 habitantes, en tanto habrá balotaje el 28 de octubre en los casos de los municipios en los que se supere esa población y no se obtenga mayoría de la mitad más uno de los votos.
El proceso electoral de este año, incluyendo la primera y la segunda vuelta, supone un presupuesto cercano a los 298,5 millones de dólares, lo que lo convierte en el más caro de la historia del país.
El costo de las últimas elecciones celebradas en 2010, cuando se eligieron presidente de la República, gobernadores, senadores y diputados, rondó los 240 millones de dólares.