Por: Jorge Ovalle
Venezuela como comúnmente llamamos a la República Bolivariana de Venezuela pasa nuevamente una prueba no digamos difícil pero si crucial no solo para la nación venezolana, sino también para la región Suramericana y otros países que ven en Venezuela un faro cargado de esperanza frente a un sistema que se agota en sí mismo. Ha sido arduo el camino electoral de ir constantemente desmontando los armados mediáticos del candidato y el equipo opositor bajo la dirección de la Casa Blanca y otros ámbitos relacionados con las derechas más recalcitrantes del planeta, incluyendo las del vecino país directamente relacionadas con la violencia y el crimen organizado.
La naturaleza, la forma mental, del venezolano está muy lejos de prácticas violentas y más bien es un pueblo que sin dejar de ser sumamente valiente, como lo ha demostrado históricamente, es básicamente pacifico, solidario y bondadoso. No es una sociedad excesivamente planificadora u ordenada. Más bien es una nación de gran capacidad improvisadora y de respuesta rápida frente a las dificultades que van surgiendo en el devenir de los acontecimientos. Personalmente creo que eso justamente nos ha salvado de padecer la barbarie de los imperios tan organizados y ordenados en sus acciones bélicas y avasalladoras de pueblos y naciones no afines o no complacientes a sus mandatos. Ellos han esperado que hagamos algo de una manera y por lo general termina haciéndose de otra pero con resultado
exitoso.
Es un pueblo que cumple catorce años de lucha incesante y tenaz modificando en la práctica, más allá del discurso y la pancarta, a un sistema profundamente anti-humano y cosificador en el que sus nacionales mayoritariamente dormían en un lamentable estado de letargo consumista con su dosis diaria de “Soma-Jed” inyectada directamente desde los “mass media” de diversa índole. Empresas de comunicación que aun mantienen bajo control a una parte
importante de la población, que si bien nunca mayoría, se procura desde esas empresas, mantener en constante estado de sufrimiento y zozobra con la amenaza del demonio del comunismo y la dictadura del régimen, como ellos llaman al gobierno bolivariano desde hace mas de una década sin que nadie hasta ahora pueda demostrar con veracidad y no con armados y malabares, violaciones de las libertades individuales o colectivas. Las acciones
legales que se han ejercido a personas, empresas u organizaciones de derecha se han tomado luego de agotar las vías del dialogo en el sentido de hacerles entender que la violación de las leyes no es un camino para el logro de objetivos, como normalmente suele ser su actitud primaria. Constantemente se impone desde las dirigencias opositoras y con gran arrogancia el criterio de la anarquía y desobediencia como forma de crear alteración y tensión social para
luego justificar nuevamente otras acciones, por lo general violentas, como las guarimbas en el pasado reciente y no tan reciente, y mas allá los criminales paros petroleros y patronales.
La palabra “Guarimba” es un criollismo que no teniendo definición en los diccionarios mas aceptados, Google la define en la Web de la siguiente manera: “Método de lucha de la oposición venezolana para boicotear acciones de gobierno, que consiste en ocupar violentamente calles, destruir mobiliario, disparar armas de fuego, e intentar producir reacciones represivas del gobierno. En algunos momentos, esas acciones, logradas sobre todo
en las zonas de las clases alta de Caracas, han supuesto “encierro” de sus pobladores y han generado el rechazo de estos”.
En el pasado frente a estos hechos el Gobierno ha tomado más bien una actitud de dejar que se agoten en su propio tiempo todos esos intentos desestabilizadores como ocurrió con la toma de la Plaza Francia, conocida como Plaza Altamira donde un grupo de militares sin tropa que los respaldara y creyendo que montando allí un parapeto insurreccional podían liquidar un gobierno de mayoritario apoyo popular. Estuvieron un tiempo con apoyo mediático total, amenazando e insultando sin contemplación. Una acción que en cualquier país de los admirados y referenciales para los opositores venezolanos, habría sido severamente reprimida con saldos inimaginables. Los paros patronales organizados desde la cúpula empresarial y luego el paro petrolero paso por el mismo tratamiento. En este ultimo el pueblo venezolano en las personas de obreros y técnicos hicieron una labor heroica rescatando la industria que había sido dañada severamente sumiendo al país en una desgracia de grandes proporciones que afecto a toda la población generando perdidas por 17.800,00 millones de dólares. Fue el costo para la nación venezolana por promulgar 49 leyes habilitantes en beneficio de la población
mas necesitada y por detener la cacareada apertura petrolera que en definitiva consistía en entregar el principal recurso nacional a las transnacionales no sin recibir sus negociadores cuantiosas y jugosas sumas de comisiones para tales acciones en contra de la nación. La estatal petrolera estaba siendo llevada a la quiebra sin misericordia y con la complicidad de sus ejecutivos y gran parte de la gerencia operante que en una acertada medida del gobierno fue despedida y que luego sumada formalmente a las filas de la oposición pasó a llamarse “La
gente del petróleo”. Fracaso la oposición en el logro de sus objetivos, no por represión del gobierno que de todas maneras tomo las medidas pertinentes de reestructuración de los organismos, sino más bien por el inmenso apoyo popular al Presidente y su equipo. Apoyo decidido y valiente de gentes que por primera vez veían sus vidas dignificadas en la salud, en la educación, en la alimentación pero principalmente dignificadas en su concepción de Ser
Humano y no de paria servil de una nación que antes de llegar Hugo Chávez, se doblegaba frente a la aun existente mantuanidad (oligarquía) criolla, hoy concentrados en los partidos de oposición.
Van 14 elecciones comprobadamente limpias y transparentes, supervisadas por organismos internacionales no necesariamente muy cercanos al movimiento bolivariano siendo esta la número 15. De las consultas electorales el gobierno bolivariano ha ganado todas excepto una que fue una consulta al soberano sobre una propuesta de reforma constitucional. Esa trayectoria exitosa gracias al manifiesto y decidido apoyo popular parece ser que nuevamente será el resultado de esta elección presidencial que se lleva a cabo el día de hoy; hasta ahora en paz y sin los tan anunciados, desde las transnacionales de la comunicación, actos de violencia y peligro de guerra civil.
La oposición no ha logrado en todos estos años romper el techo que anda entre un 36 y 40 por ciento, pasando que más bien desde el nicho de la clase media alguna gente ha reconsiderado su postura para reconocer los logros del gobierno y desechar por falsos los estigmas de dictadura o régimen totalitario. La oposición por otra parte y a fuerza de promesas en papel o en efectivo ha logrado captar a una mínima parte de la base social lo que expone con gran
despliegue mediático queriendo hacer ver que han penetrado la fortaleza del proceso bolivariano. Eso quedara claro hoy al dar el CNE sus escrutinios, los que dará solo cuando haya certeza que ya las tendencias tendrían cierto carácter de irreversibilidad evitando así malinterpretaciones tendenciosas en el ánimo de la generación de violencia callejera para lo que el país está perfectamente preparado con una gran cantidad de personal de seguridad
publica bien y especialmente adiestrado en el cumplimiento de los derechos humanos en toda acción que deba tomarse de ser el caso. Personalmente creo que algunos muy pocos extremistas intentaran cantar fraude y llamar al desorden pero que rápidamente serán disueltos. De hecho desde hace días se habla de franelas guardadas en la Gobernación opositora de Miranda, pintadas con la palabra “Fraude”., seguramente ya han sido repartidas en días anteriores. Obviamente estas acciones cuentan con el apoyo soslayado de las
transnacionales de los medios como CNN, FOX, ABC, El Pais, El Mercurio, la Segunda, El Universal, etc., que logran sembrar en gentes poco o incorrectamente informadas la duda sobre la realidad venezolana. No es en esos medios donde se encontrara la respuesta responsable a lo que aquí sucede.
Hoy 7 de Octubre transcurre la elección presidencial y la República Bolivariana de Venezuela se lo juega todo. No solo su propio proceso dignificador sino que además se juega el referencial de lo que es posible hacer para que el Ser Humano gane los espacios que le pertenecen en la sociedad y que le han sido históricamente arrebatados por una clase dominante y explotadora,
representada en este momento en el candidato y la opción contraria al Presidente Chávez que fortalecido, sano y con claridad meridiana ha conducido esta campaña que para nada aspecta ser una derrota sino más bien un fortalecimiento y reafirmación de confianza del pueblo. Así lo deja ver hasta ahora la impresionante asistencia a los centros electorales lo que garantiza que
habrá una mínima abstención. Además Venezuela es hoy un pueblo tremendamente politizado e informado, que aunque polarizado, es también gracias a la Revolución Bolivariana.