Heridos en su más profunda sensibilidad, los pueblos de Medio Oriente continúan manifestándose por cuarto día consecutivo en contra de la ofensa que registran por la película norteamericana que hace burla de su Profeta Mahoma. La reacción ante la ridiculización de lo considerado más sagrado se extiende no solamente en el Oriente Medio sino también en los países del norte de África.
El jueves en el Yemen, la protesta social traspasó una barrera de contención e incendió un edificio perteneciente también a la embajada norteamericana. En ella, cuatro de los manifestantes murieron y decenas de personas resultaron heridas en diversos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
En la capital de Egipto, El Cairo, se concentraron las protestas ante la embajada de los Estados Unidos, donde la policía antidisturbios arremetió con virulencia lanzando gases lacrimógenos a los manifestantes que arrojaban piedras al edificio.
La Hermandad Musulmana tomó la medida de cancelar una manifestación que consideraba a un millón de seres humanos luego de las plegarias de este viernes a la tarde. Pero los manifestantes se reunieron igualmente, quemando una bandera norteamericana.
A ello se suman las protestas sociales de muchos otros lugares por el mismo motivo: Bangladesh, Indonesia, Irak, Irán, Jordania, Malaysia, Sudán, Túnez, Israel y la Franja de Gaza.
Entre tanto, las autoridades de California lograron identificar al principal responsable de dicho material audio-visual, el film llamado “La inocencia de los musulmanes” (“Innocence of Muslims” en inglés) que, según la agencia Associated Press, se trata de Nakoula Basseley, de 55 años de edad, domiciliado al sur de California, quien al parecer se declara cristiano copto.