Desde Convergencia de las Culturas, ante la situación extrema a la que están empujando al pueblo Sirio, expresamos nuestro reconocimiento al intento genuino de Revolución No-Violenta que surgió del pueblo hace ya más de un año y medio; un pueblo, que convergiendo en su diversidad étnica, religiosa y cultural, se levantó y se unió para pedir la paz y la libertad, y apostó con valentía por abrir el camino hacia la democracia.
Con su impronta se sumaron a lo que han llamado «primaveras árabes» e hicieron su intento, se quitaron el miedo, respiraron y salieron a la calle; durante meses fueron referencia para el mundo. La señal que el pueblo sirio daba conmovía y alentaba el espíritu de cambio en todas las latitudes…
Durante este tiempo el mundo entero ha podido observar cómo las fuerzas antihumanistas han irrumpido y se han apropiado ilegítimamente de ese proceso que el pueblo sirio puso en marcha. Por ello, en este momento:
- Es urgente parar la máquina de destrucción, tortura, represión y muerte del régimen de Bashar Al-Assad.
- Es urgente que pare la violencia generada por los grupos armados que utilizando la desesperación del pueblo aumentan la violencia entrando en una espiral sin salida.
- Es urgente resolver este terrible conflicto que está en manos de las grandes potencias y que no se interesan por la vida de la gente.
Denunciamos la amplia diversidad de mezquinos intereses, que sólo siembran destrucción y que nada tienen que ver con poner como valor central la vida humana.
Sabiendo que hoy son ya cientos de miles de seres humanos que necesitan ayuda en hospitales fuera y dentro de Siria; que en los superpoblados campamentos de refugiados que salpican las fronteras se producen sistemáticas violaciones de los derechos humanos; que cada día que pasa se acumulan más y más personas sin asistencia que claman ayuda inmediata bloqueada por el conflicto y convencidos de que una sola vida humana es más valiosa que cualquier creencia, ideología, estado o religión, exigimos:
- El alto el fuego inmediato acompañado por el cese de todo tipo de injerencia extranjera (se trate de quien se trate).
- El abandono de cualquier forma de violencia sabiendo que una revolución armada no mejorará la situación.
Como humanistas creemos que el camino del diálogo profundo y la reconciliación, aunque difícil por las circunstancias, es el único para parar el tren de muerte. Por ello, abogamos por una solución a través del diálogo entre los pueblos, étnias, diversidades religiosas e intereses y la reconciliación entre sirios explorando nuevos modelos de democracia y de participación.
Pedimos que nadie se mantenga indiferente ante la injusticia, que no se haga silencio ante tanta barbarie y animamos a que se trabaje por el cese inmediato de toda forma de violencia, ya sea individualmente o a través de los distintos colectivos y organizaciones; ayudar al proceso de paz en Siria es una de las urgencias del momento. ¡Esta es la causa de las mujeres y hombres valientes!.
Y recordamos lo que Silo escribiera en su libro Humanizar la Tierra.
«Yo renuncio a todo bando que proclame un ideal más alto que la vida y a toda causa que, para imponerse, genere sufrimiento. Así es que, antes de acusarme por no formar parte de facciones, examina tus manos. No sea que en ellas descubras la sangre de los cómplices. Si crees que es valiente comprometerte con aquéllas ¿qué dirás de ése al que todos los bandos asesinos acusan de no comprometerse? Quiero una causa digna del paisaje humano: la que se compromete a superar el dolor y el sufrimiento.
Niego todo derecho a la acusación que provenga de un bando en cuya historia (cercana o lejana), figure la supresión de la vida.
Niego todo derecho a la sospecha que provenga de aquellos que ocultan sus sospechosos rostros.
Niego todo derecho a bloquear los nuevos caminos que necesita recorrer el ser humano, aunque se ponga como máximo argumento a la urgencia actual».