Durante la última semana de Agosto y los primeros días de Septiembre el Instituto Tokarev, miembro del Centro Mundial de Estudios Humanistas, está enviando una carta dirigida a todos los Jefes de Estado y Gobierno de la Tierra, dirigida a lo más profundo de la conciencia humana para que podamos salir de la difícil encrucijada en la que nos encontramos, pensando no desde los poderosos sino desde el clamor de la gente sencilla y buena que es la mayoría en el planeta. A modo de ejemplo, a continuación se reproduce la carta enviada al Presidente José Mujica de Uruguay.

Agosto 2012

Sr.
José Mujica
Presidente de la República Oriental del Uruguay

Estimado Presidente:

Como bien dijo un sabio en la antigüedad, hacen más por la paz del mundo un grupo de monjes orando que miles simplemente deseando tal estado.

La paz y el desarme son un punto central para nosotros.

Somos un grupo de Maestros aplicado en los Parques de Estudio y Reflexión en varios lugares del planeta, que hemos iniciado un profundo pedido y oración dirigida a lo más profundo de la conciencia humana, para que podamos resolver esta gran urgencia que se posa como un fantasma sobre la Tierra y que oscurece y desespera el alma humana.

Estamos pidiendo con toda nuestra Fuerza para que se iluminen y guíen a buen recaudo los cambios y medidas tan necesarias para sobrellevar este crítico momento de nuestra historia. Estos pedidos y oraciones están dirigidas a tu persona, tu medio inmediato y al fondo de tu corazón…

Quisiéramos citar las palabras de Silo dadas en Punta de Vacas en mayo del 2004:

«En este desgraciado mundo en que la fuerza y la injusticia se enseñorea por campos y ciudades, ¿cómo es que se piensa acabar con la violencia?

Tal vez piensen que son un ejemplo inspirador de las nuevas generaciones cuando disfrazados de video juego despotrican contra el mundo; cuando amenazan en la peor muestra de matonaje; cuando, finalmente, envían a sus muchachos a invadir, a matar y a morir en tierras lejanas. Este no es un buen camino ni un buen ejemplo.

Tal vez piensen que volver a las primitivas prácticas de la pena de muerte, será un gran ejemplo social.

Tal vez piensen que penalizando progresivamente el delito cometido por niños, desaparecerá el delito… ¡ o desaparecerán los niños !

Tal vez crean que trasladando la práctica de la “mano dura” a las calles, las calles serán seguras.

Por cierto que estos problemas existen y se multiplican en el momento actual, pero con un enfoque violento de la violencia no resultará la paz.»

y más adelante:

“Algo hay que hacer”, se escucha en todas partes. Pues bien, yo diré que hay que hacer, pero de nada valdrá decirlo porque nadie lo escuchará.
Yo digo que en el orden internacional, todos los que están invadiendo territorios deberían retirarse de inmediato y acatar las resoluciones y recomendaciones de las Naciones Unidas.

Digo que en el orden interno de las naciones se debería trabajar por hacer funcionar la ley y la justicia por imperfectas que sean, antes que endurecer leyes y disposiciones represivas que caerán en las mismas manos de los que entorpecen la ley y la justicia.

Digo que en el orden doméstico la gente debería cumplir lo que predica saliendo de su retórica hipócrita que envenena a las nuevas generaciones.

Digo que en el orden personal cada uno debería esforzarse por lograr que coincidiera lo que se piensa con lo que se siente y lo que se hace, modelando una vida coherente y escapando a la contradicción que genera violencia.

Pero nada de lo que se diga será escuchado. Sin embargo, los mismos acontecimientos lograrán que los invasores se retiren; que los duros sean repudiados por las poblaciones que exigirán el simple cumplimiento de la ley; que los hijos recriminen a sus padres su hipocresía; que cada uno se recrimine a sí mismo por la contradicción que genera en sí  y en los que lo rodean».

Está claro que las crisis actuales muestran un modelo social y espiritual que llega a su fin, y mientras se buscan respuestas y nuevos modelos, la humanidad no necesita soluciones superficiales ni cosméticas, sino una profunda reflexión de quiénes somos y hacia dónde vamos en nuestra historia…

Algo se ha puesto en marcha en los últimos tiempos, un profundo clamor y nuevos planteos en lo social y espiritual… pensamos que sería de interés que se comenzara a escuchar ya no a los poderosos, sino a la gente sencilla y buena que es la mayoría en nuestro planeta Tierra.

Mandamos este mensaje a los presidentes y gobernantes de todos los países del mundo, haciendo el más sincero y sentido pedido para que el buen conocimiento, la buena conciencia y el justo hacer se abran paso en esta gran encrucijada.

Paz en el corazón, luz en el entendimiento…

Por el Tokarev Institute:
Centro Mundial de Estudios Humanistas

Adolfo Carpio, Parques de Estudio y Reflexión  Los Manantiales
Carmen Gloria Ayala, Parques de Estudio y Reflexión  Los Manantiales
Fernando Solar, Parques de Estudio y Reflexión  Los Manantiales
Oscar Cerda, Parques de Estudio y Reflexión  Los Manantiales
Pablo Mateluna, Parques de Estudio y Reflexión  Los Manantiales

Bruno Pezzuto, Parques de Estudio y Reflexión  Chaka
Juvenal Peñailillo, Parques de Estudio y Reflexión  Chaka
Marcos Aviñó, Parques de Estudio y Reflexión  Chaka

Contacto: contacto@tokarev-institute.org