Esta trampería jurídica se circunscribe a un nuevo modelo de atentado a la voluntad popular. Que en vez de promover una discusión sobre el fondo del derecho, del reparto, de la representatividad desvía el eje hacia la moralidad de los populismos, el clientelismo y la servidumbre con quienes vienen detentando el poder desde que las naciones americanas se convirtieron en repúblicas, prácticamente.

**Usos y abusos de la democracia**

El siglo XX ha plagado de sangre y muerte al continente americano. Golpes de estado brutales, seguidos de dictaduras funestas han marcado la constitución de los países y sobre todo han erigido los poderes corporativos que lo controlan casi todo.

Desde los agroexportadores, pasando por los propietarios de las empresas extractivas, patrones industriales y jeques financieros han ido forjando sus fortunas y sus posiciones dominantes, cuando no monopólicas, sellando pactos con potencias extranjeras y comprando favores de militares o políticos corruptos.

A cada dictadura sucedía una democracia encorsetada, en el punto de mira de estos jefes, de los dueños de las naciones.

Desde finales del siglo XIX se han fundado periódicos y revistas para promover y justificar el modelo productivo y político que mejor les convenía a sus fundadores. Los discursos de estos medios fueron evolucionando en la medida que la tecnología abría nuevas formas de hacer negocio.

En contraposición, las luchas sociales e ideológicas y los avances del pensamiento estableciendo nuevos paradigmas, exigieron a esos medios de adaptar sus lenguajes, de enmascarar sus teorías y muchas veces decir lo contrario de lo que pensaban para obtener beneficios.

Así, de manera muy sintética, podemos comprender como la subjetividad latinoamericana, la opinión pública y los programas educativos han sido dictados para servir a intereses particulares. Las excepciones prueban la regla.

Ese pensamiento colonialista-colonizado que flota en el subconsciente del continente americano persiste en nuestros días azuzando los miedos primigenios de la ruptura democrática.

**Las asambleas constituyentes**

El gran fantasma que irrita y pone furioso a las oligarquías latinoamericanas se llama Asamblea Constituyente. Porque lo deslucidas, inestables y poco representativas que eran las constituciones de los países han creado una necesidad, un afloramiento de la exigencia perentoria de los pueblos de un nuevo régimen democrático que incluya los temas excluidos durante más de 150 años de la discusión profunda de la política.

Cada vez que se levanta ese fantasma u otros que se le parecen: *reforma agraria, cambio de magistraturas, democratización de los medios de comunicación, reconocimiento de minorías*, etcétera, la maquinaria de los que detentan el poder se pone en marcha para no perder ninguno de sus privilegios, con el convencimiento de poder voltear a cualquier oponente.

**Golpes de estado del Siglo XXI**

La reciente destitución de Fernando Lugo, tras un circense juicio político retransmitido por televisión, aunque de manera fragmentada, muestra un nuevo *modus operandi* leguleyo, que tergiversa las leyes para adecuarla a los objetivos prestablecidos. En este caso, sacarse de encima un presidente que no responde a los mandatos de los partidos de la oligarquía paraguaya.

El Mercosur decidió apartar a Paraguay de las reuniones hasta que adopte de nuevo el camino democrático, [evitando castigar económicamente al país]( http://www.cronista.com/contenidos/2012/06/28/noticia_0153.html )para que no resultase víctima del golpe la población paraguaya.

El consentimiento extranjero o el incentivo económico recibido del exterior para llevar adelante estos ataques quedan evidenciados esta semana con la advertencia del presidente ecuatoriano Rafael Correa de [expulsar a la USAID de su país](http://www.telegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=43852&Itemid=2).

La USAID regula el financiamiento de organizaciones no gubernamentales por el gobierno estadounidense. Basta dar una ojeada al trabajo que realizan la mayor parte de los beneficiarios de los fondos para comprender por qué el primer mandatario acusa a la organización de promover la desestabilización de los gobiernos de la región.

La [Cepal informa]( http://www.eclac.org/cgi-bin/getProd.asp?xml=/revista/noticias/articuloCEPAL/6/19206/P19206.xml&xsl=/revista/tpl/p39f.xsl&base=/revista/tpl/top-bottom.xsl) que por primera vez el crecimiento sudamericano no provoca mayor desigualdad, como ocurría con los gobiernos neoliberales que acentuaban la dicotomía entre triunfadores y fracasados.

Pasado [el triste tercer aniversario]( http://youtu.be/EoqDGzlaiH0)del golpe de estado perpetrado contra Manuel Zelaya en Honduras y mientras Federico Franco se jacta de lo bueno que será para Paraguay no tener que rendir cuentas a sus vecinos y poder firmar tratados de libre comercio con quien se le antoje, la maquinaria golpista se ha puesto en marcha en El Salvador.

Tras la nueva configuración del Consejo Supremo los medios informativos del corporativismo colonizado [jalean la destitución del presidente Mauricio Funes](http://www.prensaescrita.com/adiario.php?codigo=AME&pagina=http://www.laprensagrafica.com)por haber cometido una suerte de golpe de estado judicial.

Hay que seguir de cerca lo que suceda en el revuelto país centroamericano, al igual que lo que sucede en Bolivia, donde Evo Morales continúa siendo blanco de campañas destituyentes y de como se articula la oposición argentina tras el lockout agropecuario y el paro intempestivo de los transportistas, con evidentes intenciones de erosionar la gobernabilidad argentina.