La noticia no se ha hecho esperar, mientras muchas personas aguardaban
tanto dentro como fuera del recinto judicial la sentencia dieciséis años después de que
las Abuelas de la Plaza de Mayo denunciaran la *“apropiación sistemática”* de los nietos
desaparecidos durante la dictadura, un tribunal integrado por dos hombres y una mujer
les dio ayer la razón; veredicto que fue recibido con júbilo.

El dictador Jorge Rafael Videla, de 86 años, quien gobernó de facto Argentina, desde
1976 a 1981, fue condenado a 50 años de cárcel. Y su sucesor, tras la guerra de las
Malvinas, Reynaldo Bignone, de 84 años, a 15 años de prisión. Fueron condenados
además también otros altos mandos militares, como Jorge El Tigre Acosta, a 30 años
y Antonio Vañek, a 40. Los acusados fueron 11 en total, de los cuales, la única mujer
acusada, Inés Susana Colombo, fue condenada a cinco años. . Algo inaudito e inédito.

Hasta ahora los condenados en Argentina han sido a unas 25 personas por apropiación
de menores, pero eran casos específicos, en donde el acusado respondía por su propio
delito. Mientras que lo que las Abuelas han intentado todo este tiempo de probar en la
causa es que los 500 robos de niños, que es lo que estiman se perpetraron durante lo
que duró la dictadura militar (1976-1983) obedecieron a un plan sistemático diseñado
desde la cúpula dirigente del Estado entonces. Y así lo reconoce la sentencia al
considerar que se ejerció el *“terrorismo de Estado”* mediante *“la práctica sistemática y
generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de niños menores de 10 años”*,
bajo un *“plan general de aniquilación”*. Horrible. Tenebroso. ¿Qué tipo de mentalidad da
lugar a algo así?

Los imputados en sus declaraciones asumían que hubo apropiaciones, pero las
achacaron a decisiones que los mandos medios o inferiores actuaban por su cuenta y
riesgo. Ayer, en cambio, tuvieron que escuchar, impávidos, la sentencia de lo contrario.
Los asistentes no pudieron contener su alegría en el momento en que la jueza María del
Carmen Roqueta, presidenta del tribunal, dio lectura a la condena de Videla por 50 años,
entonces la sala, repleta de familiares de desaparecidos, estalló en gritos y aplausos.

Pasan estos 16 años desde que las Abuelas de la Plaza de Mayo denunciaron
la *“apropiación sistemática”* de los niños, pero finalmente se hace justicia, con este
gobierno, porque otros, lo impidieron.

Alan Lud, abogado de las Abuelas indica que *“Es verdad que no hemos encontrado una
orden escrita que pruebe que hubo un plan, pero la reconstrucción de varios elementos
nos llevó a la conclusión de que hubo un plan sistemático”*. *“A pesar de que Videla dijo
que las apropiaciones solo se produjeron en la Capital Federal y la provincia de Buenos
Aires, en realidad se registraron también en otras provincias. Otra prueba es que había oficiales y médicos destinados al cuidado de las mujeres embarazadas, para que se
garantizara que se produzca el parto… Eso tenía que haberlo decidido alguien”*. Quien lo
hiciera, sea Videla (1976-1981) o Bignone (1982-1983), nunca reconocieron siquiera la
legitimidad del tribunal. En sus últimas palabras de defensa, Videla alegó que las presas
eran terroristas y que usaban a sus bebés como escudos humanos. Increíble.

En este juicio se abordaron los casos de 35 nietos, de los cuales solo 20 se prestaron
a declarar. En el año y medio en que se ha prolongado las sesiones de la vista oral,
muchas abuelas esperaban que alguno de los encausados asumiera su culpa y, sobre
todo, revelase el paradero de algunas de las personas desaparecidas. Pero no fue así.

Cabe destacar que desde que se inicia el juicio en 1996, ya murieron varios de los
acusados, como el dictador Emilio Eduardo Massera, también fallecieron algunas
abuelas, se jubilaron los abogados que iniciaron la causa y el letrado que representa
ahora a las Abuelas, Alan Lud, de 31 años, no había nacido cuando se perpetraron los
robos de bebés. Desde entonces, 105 nietos han recuperado su identidad biológica
gracias, en buena parte, a la búsqueda de las Abuelas.

Muchas de ellas celebraban ayer abrazadas la satisfacción de haber vivido al menos
para ver cómo se hacía justicia. Además, como *“Videla estaba cumpliendo ya cadena
perpetua tras una sentencia de 1985”*, explica el letrado de las Abuelas *“y el Código
Penal argentino establece que a partir de un número determinado de años en prisión
se puede acceder a la condicional. Detalla que Si la condena hubiese sido de 25 años
o inferior, podría haber accedido a ella. Pero al ser de 50 años, su petición de libertad
condicional será denegada”*.

Y la iglesia ¿qué?

Por otra parte, Victoria Montenegro, de 36 años, hija de padres desaparecidos,
considera que el juicio contra el plan sistemático de robo de bebés deja en evidencia la
participación que tuvo la Iglesia Católica local en los hechos. *“Todavía muchos de ellos
siguen dando misa, y eso es lo que más perturba. Yo soy creyente y creo en la Iglesia,
pero hay personas que han hecho muchísimo daño. En mi caso, mi apropiador me contó
que a mí me retiraron de una comisaría de la provincia de Buenos Aires. Había varios
bebés, todos hijos de desaparecidos, cuidados por monjas. De hecho, a mí me bautizó
en el cuartel Campo de Mayo un cura, no castrense, sabiendo plenamente que mis
apropiadores no eran mis papás”*.
*“La apropiación vino desde el Estado. Todos sabemos lo que es la cadena de mando y
nadie en el Ejército se apropia de un bebé y lo cría porque tiene ganas. Pero además de
eso, se produjo la colaboración de un montón de personas que también aportaron para
que existiera ese manto de impunidad y para que 36 años después todavía estemos
buscando nietos”*, añade Montenegro.
Colaboró desde el que tomaba la inscripción en silencio en el registro civil y todos los
que callaron e ignoraron las denuncias de nuestros familiares. Colaboraron los curas
que bendecían las armas y les daban fuerzas a los hombres *»antes de los vuelos de la
muerte”*. Una auténtica atrocidad sobre la q no se expresan las autoridades eclesiásticas,
¿porqué?
*“Cuando estábamos a tientas y no sabíamos a dónde acudir, la Iglesia católica no nos
ayudó en nada; al contrario, estuvo en contra”*, recuerda la vicepresidenta de las Abuelas
de la Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit, de 92 años. *“Pero otras iglesias cristianas sí que colaboraron”*. Inexplicable.