Tras confirmarse que existe una partícula –muy diminuta y esquiva
– responsable de que el resto tengan masa, quizás aporte también pistas a
otros fenómenos expuestos al debate, como esa materia oscura que vaga por
el universo y que se desconoce. *«Hay un 22% aprox. de materia oscura que
conforma el universo. Pero, ¿qué aporta?, ¿cuál es su origen?»*, se preguntan
los expertos.

Revisemos, todo aquello que podemos definir con mayor o menor soltura –
planetas, exoplanetas, galaxias, etc. – apenas supondría un *«mero 4% del
total del universo. Lo que se confirma con el importante hallazgo del bosón de
Higgs, que por fin explicaría por qué las partículas adquirieron masa tras el
Big Bang y revelaría, además, por qué el universo es tal como lo conocemos.
Ahora bien: ¿qué hay del 96% restante? ¿Qué sucede exactamente con ese
conglomerado de (llamado) materia oscura de un mero 22%? Además de
la llamada energía oscura que es de un 74%, que está por ahí pero no la
podemos ver. Poco menos q increíble, supera toda ciencia ficción… Así es que
los esfuerzos de la comunidad científica se dirigen ahora a buscar (y encontrar)
respuestas.

En lo que referente al conocimiento del universo, los científicos están un poco
como nosotros, los legos en el tema. Esta materia oscura, que podría ser de
22% del cosmos, se puede definir como aquello que no sabemos, ni vemos,
pero que creemos que está ahí. Nos dicen que desconocemos la composición
de la mayor parte del universo, aunque sabemos de su densidad gracias a
los satélites, pero poco más, explican expertos en imágenes del telescopio
espacial Hubble. Además, si no se descubre de qué esta formada esta materia,
la hegemonía de las teorías de Einstein se desbarata, aunque antes hay que
recopilar el mayor número de evidencias científicas posibles para descartar ese
caso. Se debe medir todo con precisión para que confirmar, o no, las teorías
vigentes.

El interés por descubrir las partículas *«oscuras»* no sólo del CERN (Centro
Europeo de Investigación Nuclear) que, después de dar con bosón de Higgs,
busca crear ahora materia oscura a través del Gran Acelerador de Hadrones
(LHC), lo es también de la Agencia Espacial Europea (ESA). Hace dos
semanas, esta agencia, anunció el futuro proyecto Euclides, con el que quiere
poner en órbita un telescopio más potente que el Hubble para 2020, el que
pueda recoger imágenes y datos sobre todo ese material desconocido que ahí
por ahí fuera…

Con la colaboración de la NASA, Euclides va equipado con un telescopio
de 1,2 metros de diámetro y podrá generar un mapa tridimensional de la
distribución del universo de hasta dos mil millones de galaxias, así como de la
materia oscura que contienen.

**Al inimaginable**.

El proyecto punta a recopilar datos de todo el cosmos a lo largo de seis
años. Se intentará reproducir un tercio del universo en tres dimensiones y
descubriremos cómo han cambiado las diferentes estructuras cósmicas, nos
explican.

Volviendo sobre el tema de la *‘oscuridad’* nos dicen que tras el Big Bang, la energía oscura fue la responsable de que el universo se expandiera hasta
hoy. Y es sumamente misteriosa: genera el gran interrogante de la física del
siglo XXI, pues lo lógico pensar que esa expansión se decelere por efecto
de la gravedad; pero sucede lo contrario: el universo se expande cada vez
con mayor rapidez (¡!). Y de la energía oscura se desconoce literalmente
todo, no se tiene la menor idea de qué tipo de mecanismo la genera ni de
dónde sale. Algunas hipótesis hablan de que estaría relacionada con una
constante cosmológica muy pequeña, pero no nula como se creía hasta ahora.
Entender la energía oscura supondría entender mejor cómo se formó nuestro
universo, admiten los científico, quienes con optimismo sostienen que en una
década podremos contar con información interesante sobre el origen. Un futuro
esperanzador.