En el marco del inicio de las negociaciones oficiales de la Conferencia de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible (Río+20), dónde se está discutiendo el concepto de economía verde, organizaciones no gubernamentales, estudiantes, maestros y maestras, artistas, movimientos sociales, trabajadores y trabajadoras, tal como otros integrantes de la sociedad civil tomaran las calles de Río de Janeiro el último miércoles para protestar contra el contenido que se está debatiendo en la cumbre, además de exigir que los gobiernos firmen el compromiso de promover la justicia social y ambiental, evitando la mercantilización de la naturaleza.
Una diversidad de banderas, lenguas, consignas y colores transformó la ciudad en una Gran Movilización Global por la conservación ambiental y los derechos humanos. Estimase que llegaron a 80 mil personas el número de manifestantes, a los cuales se han sumado masivamente organizaciones de la sociedad civil, pueblos tradicionales, indígenas y movimientos sociales de toda la América Latina, dónde actualmente se desarrollan proyectos económicos dañosos a la naturaleza bajo una fuerte tendencia a la privatización de la explotación de bienes comunes, como el agua, el suelo y las florestas.
En una encuesta a esas personas sobre qué las ha llevado a participar de los protestos, se han recogido testimonios interesantes respecto a sus experiencias, proyectos y visiones acerca de la importancia de la educación para que se hagan los cambios necesarios en la sociedad rumbo a la superación de la actual crisis social y climática.
Joanna Nellys, actriz alemana que vive en Bolivia hace nueve meses, vino a Brasil con la caravana De Copacabana a Copacabana, conjunto de artistas y activistas que han viajado de Copacabana sobre el laco Titicaca, en Bolivia, hasta la región de mismo nombre en Río, colectando ideas y propuestas alternativas a la conferencia Río+20 en todos los pueblos por los cuales han pasado durante su camino. “Se puede transformar la gente a través del arte, del teatro, de la música y de otras manifestaciones, pues así se puede librar la miente y el cuerpo”, contó ella.
Eduardo Vallan, argentino, de la Plataforma Puente Cultura Vida Comunitaria, que agrega organizaciones culturales populares de todo el continente latinoamericano, también apuesta en la importancia de la educación y de la cultura para los cambios necesarios a la sociedad. “Como somos organizaciones populares comunitarias, de pueblos originarios, campesinos, de las ciudades, escuelas de arte, sabemos que el pueblo tiene un conocimiento que le permitiría construir una nueva sociedad. Por eso es tan importante pelear por un sistema de educación que recupere la experiencia del pueblo y la democratice para la creación de una sociedad distinta”, afirmó
El añadió que la plataforma a la cual hace parte ha decidido estar presente en la Cumbre de los Pueblos porque siente que en Río+20 se quiere consolidar un modelo de desarrollo que llevará a la explotación del pueblo y al saqueo de los bienes comunes de América Latina. “Queremos decir que no a este proyecto perverso y al mismo tiempo celebrar la unidad de muchos sectores populares en toda América Latina”.
Por su parte, Glória Tonasso, que es brasileña y profesora en el Colegio Pedro II de Río de Janeiro, que atiende a niños y niñas, jóvenes y adultos, participó de la marcha para protestar contra la precarización de la enseñanza superior y también exigir mayor contratación de profesores por concurso público, inversión de 10% del PIB nacional en educación (ese porcentaje hoy es de 3%) y la restructuración de un plano único de carrera para las universidades y los institutos federales de enseñanza.
“Creemos que no es posible decir que la mayor bandera de Río+20 es la erradicación de la pobreza, si no se está discutiendo la educación en la conferencia. La discusión de la sustentabilidad pasa por la necesidad de una educación pública y de calidad para todos y todas. Si no la garantimos, continuaremos a tener una serie de problemas ambientales”, afirmó. Ella destacó también que, en reciente visita que hizo a Tabatinga, ciudad del Estado de Amazonas, en Amazonía, ubicada en la tríplice frontera entre Colombia, Perú y Brasil, ha presenciado indígenas viviendo en condiciones precarias en las ciudades dónde pierden cada vez más sus costumbres y su cultura, porque las personas no son educadas para respectar esa diversidad.
Robert Salazar Torres, de la Asociación de Regantes y Sistemas Comunitarios de Agua Potable, de Bolivia, dijo que vino a participar de la marcha con el objetivo de defender el agua, en contra su mercantilización y privatización. “Para nosotros, la economía verde significa un retroceso, significa avasallar nuestros derechos adquiridos en el tema del agua. Así que estamos aquí para luchar en contra y comunicar a la gente que haga lo mismo. La educación es importante porque tiene que ver con todo, incluso con enseñanza del cuidado del agua a los niños y niñas, pero también a los gobernantes”, comentó.