En el trueque griego, a los productos y servicios que ofrecen las personas se les da una unidad
de valor que luego se intercambian por otros, es el TEM, así alguien que da clases de alguna
asignatura por un valor 10, puede llevarse productos alimenticios por dicho valor. Cada producto o
servicio que se ofrece en trueque está recopilado en un fichero central que le atribuye su valor en
la moneda TEM (un TEM, un euro). Si bien la idea ha surgido y se aplica en la ciudad de Volos, a
400 Km. de Atenas, ya se ha extendido a otras ciudades como Pieria, Chania, Lesbos, Lerapetra,
Rodopi y Heraklion. Es un sistema que si bien no sea la gran solución, si da esperanzas y mejora
las relaciones humanas, basadas en el dar y recibir, explican los promotores. Que lo veremos en
otro artículo.
Ahora nos centramos en la propuesta de un joven profesor austríaco que propone una alternativa
tanto al capitalismo, como al comunismo (como lo han visto de cerca en la ex Alemania federal,
pues saben de qué hablan), que denomina como la economía del bien común.
En una entrevista difundida por la Agencia Efe, en Madrid, el 5 junio vemos que el economista
austríaco Christian Felber propone volver a poner la economía al servicio de las personas, a
diferencia de lo que sucede en las sociedades capitalistas donde lo más valorado es el beneficio
propio. Su idea teórica principal es la de una economía del bien común, tal como aparece
mencionado en diversas constituciones nacionales. Explica el profesor que el modelo vigente se
apoya en dos pilares: afán de lucro y competencia, lo que fomenta actitudes humanas perniciosas,
como el egoísmo, el otro como enemigo, el lujo, los privilegios etc., que devienen en actitudes
análogas empresariales y financieras con las consecuencias muy bien conocidas. Mientras que
los pilares del bien común, fomentan la solidaridad, la cooperación, el sentido del conjunto entre
empresa, público, trabajadores, medio ambiente y demás.
Así, C. Felber, que se expresa en perfecto castellano en las distintas presentaciones que hace
de su propuesta [http://www.youtube.com/watch?v=rjJUoex6b4g&feature=player_embedded](http://www.youtube.com/watch?v=rjJUoex6b4g&feature=player_embedded)
apuesta por medir el beneficio social que las empresas generan en su entorno como criterio para
otorgar ventajas legales como menores impuestos y aranceles, condiciones crediticias favorables o
prioridad en los contratos con la administración pública.
El economista y politólogo presenta en España su libro principal «La economía del bien común»
(Ediciones Deusto), donde se pueden leer las ideas principales de esta teoría basada en mucho
sentido común, y en el interés de las mayorías. Va sumando seguidores, pues ya cuenta con más
de un centenar empresas españolas interesadas en aplicar esta teoría para medir su contribución a
la sociedad.
Felber es crítico con las mediciones propias del sistema capitalista (evolución del PIB en el caso
de la macroeconomía y balances financieros en el de las empresas), porque observa que estos
indicadores no permiten ponderar aspectos cruciales como: si se cumple el verdadero objetivo trabajada, algo que reduciría «matemáticamente el paro en un 10 %».
Con menos horas dedicadas al trabajo remunerado, afirma, la gente tendrá más tiempo para las
relaciones personales, la formación o el trabajo social.
El proyecto avanza «a pasos agigantados»: en España se han creado 18 grupos locales de
voluntarios que trabajan para desarrollar e implantar estas ideas, mientras que a escala mundial ya
hay 700 empresas que quieren aplicar el balance del bien común.