…huir de las formas que ahora nos constriñen, porque al final nos atrapamos, porque nos enseñaron a vivir en una forma y al final acabamos reproduciéndola… y sólo se concluye que hay que limpiar la plaza.
Tenemos que pensar, que salgan las ideas de forma espontánea, desde el instinto, desde la ingenuidad que surge cuando desterramos los cimientos del sistema en el que vivimos, no desde el niño, sí desde el adulto que abandona los esquemas aprendidos pero usa toda su experiencia para componer nuevas ideas. Tenemos que seguir pensando. Tenemos que actuar nuestros pensamientos, tenemos que hacer, hacer… tenemos que volar. Para ver desde arriba el panorama y analizar. Tenemos que cerrar los ojos y dejarnos llevar también por la intuición, somos seres que saben sobrevivir, por eso estamos aquí. Nuestro instinto también es sabio.
Tenemos que pensar, tenemos que pensar… ¿cuál es el siguiente paso? Nos hemos levantado, hemos dejado de gatear… pues ahora es el momento de caminar. Tenemos que abrir la mente. Dejar lugar para nuevos espacios, ordenar las experiencias, las sensaciones, los sentimientos, todo lo vivido… hay cajones que quedarán libres para rellenar. Tenemos que darle vueltas. No puedo ni quiero quedarme con la sensación que hoy tengo de desesperanza, de no saber, de estar otra vez esperando que alguien me diga lo que hay que hacer. No era lo que sentí hace un año. No necesitaba ni quería que me dijeran nada, lo creábamos entre todos. Tenemos que pensar… qué hacer para que cada uno de nosotros vuelva a sentir ese poder de crear pensamientos que se suman y se completan, esa confianza en que el otro te dirá y tú dirás y al final la suma será una creación espontánea.
Tenemos que pensar. No hay lugar para quedarse dormido. No hay lugar para simplemente esperar a ver qué pasa como estábamos ayer todos en Sol. No hay lugar para dejar pasar los días riéndonos de que si tal comisión o tal otra… No hay lugar para decir “si acaso…” Tú lo sabes… tú lo has visto… esto no puede quedarse en una nueva forma de ocio. Esto no puede quedarse simplemente en una palabra “indignados” o “15m” que nos agrupa como si de un club social se tratase, no puede quedarse en una mera forma de juntarnos para poder hablar de nuestras cosas… eso es la plaza del pueblo, el mercado, la escalera de los vecinos, el ascensor, el parque. No puede ser sólo eso. Alzo mi voz, sí, grito, protesto, me quedo, no tengo miedo. Creo en una vida diferente. Pero todo eso ya lo he ganado. Ahora tengo que dar otro paso. Ahora tenemos que seguir caminando. Hay que hacer la revolución dentro de la revolución. Esa es la única forma de evolucionar.
Tenemos que pensar, tenemos que pensar. Tenemos que seguir pensando…
Artículo original: http://alfinaldelaasamblea.wordpress.com/2012/05/13/tenemos-que-pensar/