Las declaraciones del primer ministro fueron en el marco de un foro jurídico internacional celebrado en San Petersburgo y pocos días antes de viajar a Camp David para participar de la cumbre del G-8.
En el cónclave, el premier ruso advirtió además que las “operaciones militares presurosas” en el extranjero entrañan el riesgo de una «guerra regional a plena escala», en particular, con el uso de armas nucleares.
Medvédev apuntó también a las “operaciones militares contra naciones extranjeras a espaldas de la ONU», y recordó en ese plano «las declaraciones de que ciertos regímenes perdieron `legitimidad`» y a las “sanciones al margen de los organismos internacionales”.
El primer ministro ruso fue más lejos y mencionó además a «las presurosas operaciones militares en el extranjero que suelen derivar en la llegada de ‘radicales’ al poder».
Puntualizó, en ese marco de análisis, que «en un momento determinado estas acciones que minan la soberanía estatal pueden terminar en una guerra regional a gran escala».
En este punto, Medvédev dio una vuelta de tuerca en su discurso y advirtió que en caso de un conflicto armado focalizado, existe el peligro de usar «armas nucleares», aunque dijo que no quería «asustar a nadie» con esa afirmación.
En una clara alusión a la situación en Siria, el funcionario dijo que «el derecho de los pueblos a escoger su propia vía de desarrollo es un valor tan importante como los ideales de libertad y justicia».
Justamente, en la voluminosa agenda de la cumbre del G-8 el tema de la situación de Siria será uno de los principales capítulos que analizarán los mandatarios de los países más poderosos.
Medvéved concurrirá a la cita luego de que el pasado 7 de este mes le transfiriera a Vladimir Putin la jefatura del Estado ruso y a su vez pasara a desempeñarse como primer ministro. Por un acuerdo entre ambos, será él y no el presidente quien representará a Rusia en esta reunión.