La prensa mundial más o menos sigue la línea de los países occidentales de que el gobierno sirio es “el malo de la película”. La «primavera pacífica» que al parecer inició el proceso de desestabilización de Siria, sin embargo, pronto se convirtió en insurrección armada con evidencia de influencia extranjera tanto de países de Medio Oriente como occidentales.
No hay duda de que mucha gente en Siria se había sentido oprimida durante mucho tiempo, y que el régimen de Assad ha decidido luchar contra la sublevación con uñas y dientes, con la mayor fuerza letal a su alcance. La pregunta es si el otro lado estaría preparado a aceptar algo menos que un cambio de régimen, y hemos visto (también Assad) lo que sucedió a Saddam Hussein y Muammar Gaddafi tras alcanzar tal objetivo en sus países.
Tal vez vale la pena repetir aquí una declaración sobre la que se informó anteriormente del ex General de los EE.UU. Wesley Clark, refiriéndose a una nota de la oficina del entonces Secretario de Defensa (Donald Rumsfeld) poco después del 9/11: «Esta es una nota que describe cómo vamos abordar siete países en cinco años, comenzando con Irak, y luego Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y, rematando, Irán”. Eso sucedió durante el control total del poder por el grupo Neocon, pero a pesar del cambio de régimen en EE.UU., parece que su influencia no ha disminuido tanto.
Una imagen más o menos completa y, como es de esperar, totalmente confusa y no necesariamente nivelada, de la historia del conflicto y sus jugadores se pueden encontrar en [Wikipedia](http://en.wikipedia.org/wiki/2011_Syrian_uprising), a menos que, por supuesto, haya sido cambiada por cualquiera de las facciones implicadas. Demasiado larga para repetir aquí y en inglés, pero digamos que se necesitan dos (en este caso muchos más) para bailar el tango. De alguna manera no informa de que tropas extranjeras ya se estaban acumulando en la frontera con Siria en diciembre en una base militar jordana, y han estado dando «ayuda táctica y entrenamiento» a los rebeldes, pero tampoco dice que Rusia e Irán están listos para ayudar con tropas al régimen de Assad.
Felicitaciones a Kofi Annan, por tratar de entrar en el avispero con una propuesta de paz, por lo menos les está hablando a las dos facciones, sin demonizar a una como “el malo” o justificando la intervención armada para defender a «manifestantes pacíficos».
De modo que, ¿Qué piensan los manifestantes pacíficos, los que encabezaron las protestas en Siria, y también los de Egipto, cayendo luego en las manos de poderosas fuerzas que estaban a la espera de una oportunidades para hacer una toma del poder? Y, ¿es esto realmente lo que ocurrió? O desde el principio los enemigos del régimen sirio presentaron la protesta no violenta inicial como parte de la «primavera árabe», pero ya acercando dedos inquietos al gatillo?
¿Cómo pueden los activistas no violentos en cualquier parte del mundo iniciar un proceso de cambio en una situación de opresión sin desatar el odio, el resentimiento, la compulsión por el poder que crea tal opresión?
Creo que la palabra clave es la reconciliación. Es un trabajo que tiene que ponerse en marcha tan pronto como sea posible en cualquier conflicto. Gandhi lo recomendó, Martin Luther King habló de la reconciliación de conflictos, Sudáfrica logró salir de su tremendo riesgo de caer en un baño de sangre con su Comisión de Verdad y Reconciliación, Aung San Suu Kyi hace un llamamiento a la Reconciliación Nacional y Silo ofreció herramientas para la reconciliación con uno mismo y con otros, elevándola a una experiencia espiritual profunda.
Los que están en los gobiernos pueden o no aceptar la reconciliación, pero este trabajo se tiene que hacer con la gente común, en todas partes, porque no sabemos dónde y cuándo el próximo autoproclamado líder sediento de poder va a señalar con el dedo y decir: «esos son tus enemigos, lucha contra ellos!»
Las comunidades en el exilio de zonas de conflicto deben trabajar sobre la reconciliación y luego llevarla a sus países. La reconciliación es la única cosa que puede detener la guerra en Siria. Algunos israelíes e iraníes están creando grupos en Facebook para decir «te amo». Nada puede detener esta locura sino una reacción en cadena de Reconciliación en todo el mundo. Todo comienza por aceptar que no hay «malos», esto no es una película de Hollywood donde el villano tiene que recibir su merecido castigo Esto es la vida real, con personas reales, cada una defendiéndose de lo que han llegado a consideran una amenaza para sí mismos y para sus seres queridos. El miedo domina la política, la manipulación a través del miedo construye carreras políticas, alimenta a los traficantes de armas y mata a personas inocentes.
El coraje en este momento significa no tomar partido entre facciones violentas y salir a crear reconciliación, donde quiera que estemos, en cualquier forma que podamos. Tenemos las herramientas, necesitamos la voluntad.