Porque efectivamente se ha hecho un gran anuncio asociado al Simce 2011 (4° y 8° básico), como otros se hicieron hace pocos meses, presentando enormes y revolucionarios cambios, que son en realidad una gran MENTIRA. Los avances, sólo en un área o sector del aprendizaje hacen felices únicamente a los ineptos. Que se tenga resultados solo apenas favorables en 4° básico en matemática (6 puntos) y en Ciencias sociales 8° básico de 8 puntos, son avances no relevantes para todos los que nos manejamos en temas de educación. Siempre se ha comentado que avances significativos serían sobre 10 puntos, lo que en ninguno de los casos ocurre.
Por lo demás si uno revisa el detalle en cuanto a las clasificaciones que el mismo MINEDUC hace en cuanto a las categorías de dominio, nos damos cuenta que la mayoría de los estudiantes están en los niveles inicial o intermedio, sólo en lenguaje 4° básico hay una mayoría en nivel avanzado. Ni mirar los detalles en 8° básico.
Y no es que miremos la parte vacía del vaso, nos encantaría que las cosas mejoren, pero si estos resultados se siguen acrecentando y por sobre todo se realizan acciones que apunten a mejorar la experiencia de aprendizaje en el aula, y también a mejorar las relaciones de convivencia en las escuelas y liceos, entonces podríamos decir que vamos en una dirección interesante. Pero este afán de medirlo todo, sin proponer ni hacerse cargo de las soluciones a los problemas detectados nos parece una perdida de tiempo y de dinero, además de una manipulación de información.
Hay otro punto que se intenta destacar como relevante, la disminución de la brecha entre grupos sociales, al observar el detalle sigo viendo que las diferencias están sobre 50 puntos y más en algunos casos cerca de 70 puntos. ¿Esto es un acercamiento? Es una diferencia abismal. Claro, además la baja es de los colegios privados, levemente, no significativa y hay un aumento importante en los niveles bajo y semibajo. Pero aún se mantiene la estructura social, política y económica que ha provocado esta enorme diferencia. Por otra parte no se considera que los muchachos/as de las clases altas tienen sus redes entre esa misma clase y por lo tanto las facilidades para mantenerse en ese “mundo” están a la mano, en cambio para las clases bajas el “mundo” alrededor les ofrece drogas, delincuencia, desempleo, endeudamiento… Salta a la vista la inequidad.
Pero volvamos al tema, y sería bueno recordar la Ley General de educación, en el párrafo 1, sobre las Normas generales dice:
– “**Artículo 2º.**- La educación es el proceso de aprendizaje permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en el respeto y valoración de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, de la diversidad multicultural y de la paz, y de nuestra identidad nacional, capacitando a las personas para conducir su vida en forma plena, para convivir y participar en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa en la comunidad, y para trabajar y contribuir al desarrollo del país.”
Me pregunto y tal vez también lo haga el lector: ¿Dónde está ocurriendo ese desarrollo integral que describe este artículo? ¿En cuántos colegios, escuelas y liceos de este país?
Parece que aquí está la gran mentira: se dice o proclama una cosa, pero se hace otra diferente. Por esto será que, a propósito de mediciones, el gobierno de derecha tiene menos de 30% de respaldo y un 60% y más de rechazo. Parece que ya no engañan a nadie. Además ¡tendríamos que acusar al gobierno de no cumplir la Ley!
Se anuncia otro año de movilizaciones y de posibilidad de transformar la realidad sicosocial de este país y yo celebro a los jóvenes que con su alegría, entusiasmo, performances, gritos y marcha pacífica, van sumando a la causa de hacer ver a los que no quieren ver, de apuntar a la organización social para lograr cambiar esta realidad injusta y que no permite el progreso de la gente.
Desde el Centro de estudios Humanista Alétheia apoyaremos con fuerza las demandas, la organización y la difusión de unos planteos que contribuyan a visualizar la sociedad que queremos y empujaremos para que esas propuestas se hagan realidad a la brevedad. Porque asumimos el protagonismo de la historia.