La guerra de la propaganda ya está en pleno apogeo. Las acusaciones y contraacusaciones en los medios de comunicación muestran una vez más la desconfianza, la ira, el miedo. En medio de la confusión algunas voces se escuchan fuertes y claras: se trata de una manifestación pacífica, estamos comprometidos con la no violencia. Un rayo de esperanza para el futuro, este es el camino a seguir, esta es la fuerza que va a cambiar el mundo.
Muchos pueden no creer en ella, algunos pueden tratar de descargar su resentimiento, pero aquellos que ya han visto la enorme fuerza de la no violencia activa, seguirán creciendo y convirtiéndose en el germen de un mundo nuevo.
La historia de la no violencia se remonta miles de años, y no es la historia que aprendemos en la escuela. Aprendemos mucho más acerca de las guerras y los conquistadores, pero ha sido cuando los seres humanos lograron resolver sus conflictos de manera no violenta que la humanidad avanzó, material, social y espiritualmente. La diosa griega Irina, diosa de la paz, sostiene en sus brazos al bebé Plutón, dios de la riqueza. Paz y Prosperidad. ¿Quién no querría ese ideal?
Hoy en día los intereses creados trabajar para mantener los conflictos, para mantenerlos en funcionamiento, porque hay una minoría que se beneficia de ello. Pero la gente está empezando a darse cuenta de que puede saltar por encima de los titiriteros y decir ‘te quiero’ a sus supuestos enemigos. Puedo sentir compasión por aquellos que sufren las acciones de «mi» comunidad. Debemos tener cuidado, sin embargo, cuando queremos sentirnos fuertes en una situación de injusticia, porque es muy difícil sentir compasión por aquellos a los que se teme, a veces incluso más que por aquellos a los que se odia.
Vivimos en un mundo donde la violencia, ya sea física, económica, psicológica, racial, sexual o de cualquier otro tipo, ha llegado a tal grado de sofisticación que a veces es difícil de reconocer. No se trata de definiciones intelectuales, es un *registro*, cuando deshumanizo a otra persona me deshumanizo, cuando encierro al otro en una batalla sin fin, me encierro. La no violencia activa es algo que se elige, no algo que *me sucede*, como cuando reacciono mecánicamente, por lo general con violencia, a las acciones de otra persona. La violencia es la negación de la intencionalidad de otra persona, la no violencia me humaniza en mi elección y humaniza «al otro». Se abre el futuro para los dos.
Silo nos dejó un ‘regalo’, una práctica que también viene de hace mucho tiempo, algo que también es bueno para este 30 de marzo:
‘En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas ese aire a tu corazón. Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres más queridos. Pide con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae contradicción; pide porque tu vida tenga unidad. No destines mucho tiempo a esta breve oración, a este breve pedido, porque bastará con que interrumpas un instante lo que va sucediendo en tu vida para que en el contacto con tu interior se despejen tus sentimientos y tus ideas.
Alejar la contradicción es lo mismo que superar el odio, el resentimiento, el deseo de venganza. Alejar la contradicción es cultivar el deseo de reconciliación con otros y con uno mismo. Alejar la contradicción es perdonar y reparar dos veces cada mal que se haya infligido a otros.’
Paz en el corazón, Luz en el entendimiento!