“El sector mediático no se resigna a ser el cuarto poder, quiere ser el segundo poder después del primero, que es el poder económico, y esta asociación quiere controlar al poder político”, sostuvo Ramonet.
De ahí, indicó, que los gobiernos de países como Ecuador, Venezuela, Argentina, Brasil, Bolivia, son objeto de una resistencia por parte de los dueños de los medios.
Estos llevan a cabo una especie de ofensiva ideológica, donde la oposición no tiene fuerza para resistir a la voluntad democrática de la población, subrayó.
“Los dueños de los medios consideran que, por su condición, tienen la legitimidad de llevar a cabo una oposición a veces con argumentos muy pocos serios”, añadió.
En el caso de Ecuador, consideró que el poder mediático, asociado al poder económico -especialmente a los grupos fuertes de Guayaquil- se resiste a las reformas impulsadas por el presidente Rafael Correa.
“Es decir, estamos viendo precisamente que este poder mediático está por encima de las exigencias de la democracia”, concluyó.
El presidente Rafael Correa dijo en una entrevista transmitida el jueves que ha sido acosado por la prensa desde que inició su gestión, hace cinco años.
La arremetida mediática se intensificó a propósito del juicio que el mandatario interpuso contra los directivos y el exeditor de diario El Universo, quienes fueron sentenciados a tres años de prisión por el delito de injurias.
Organizaciones de prensa como la CPJ (Comité de Protección de Periodistas), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reporteros sin Fronteras, GDA (Grupo de Diarios de América) enfilaron sus críticas contra el mandatario ecuatoriano, previo a la ratificación de la sentencia el pasado 16 de febrero.