El jueves 22 de marzo fueron detenidos al menos tres miembros del gobierno: el primer ministro, Cissé Mariam Kaïdama Sidibé; el ministro de Asuntos Exteriores, Soumeylou Boubèye Maïga, y el ministro de Administración Territorial, Kafougouna Koné.
Se cree que se hallan recluidos en la base militar de Kati, a 20 kilómetros de la capital, Bamako.
También han sido detenidos el presidente del Consejo Económico y Social y el presidente del Consejo Superior de Comunidades Territoriales, así como el ex primer ministro Modibo Sidibé; según la información disponible, se encuentran recluidos en el campo de la policía nacional.
Ante el periodo de peligro e incertidumbre que se abre para el país, el investigador de Amnistía Internacional sobre África occidental Gaëtan Mootoo ha dicho: “Con la suspensión de todas las instituciones legales y el toque de queda impuesto, todas las salvaguardias básicas que garantizan el respeto de los derechos humanos están en suspenso».
Tres personas han muerto en el centro de Bamako a causa de balas perdidas de soldados, y los cadáveres se han llevado al hospital Gabriel Toure, donde están siendo atendidas también 28 personas más heridas durante el golpe.
A lo largo del jueves, los soldados saquearon tiendas y confiscaron vehículos.
El golpe se ha producido en el contexto de dos meses de rebelión de grupos armados tuareg en el norte del país.
Desde el estallido de este conflicto, unas 200.000 personas han huido de sus hogares, entre ellas alrededor de 100.000 que han buscado refugio en países vecinos, como Níger, Argelia, Mauritania y Burkina Faso.
“Pedimos a los militares que han llevado a cabo este golpe que dejen de inmediato en libertad a los líderes políticos y que impidan las violaciones de derechos humanos y restablezcan el Estado de derecho», ha añadido Gaëtan Mootoo.
Recordaos que el miércoles 21 de marzo por la noche estalló un alzamiento en el cuartel militar de Kati, localidad situada unos 20 kilómetros al norte de Bamako. El detonante fue el descontento de los militares con el modo en se estaba gestionando el conflicto armado del norte del país. Los militares acusaban al gobierno de no proporcionales los medios necesarios para combatir contra los grupos armados tuareg.
Los militares del recién creado Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDR) han dicho que devolverán el poder a un presidente elegido democráticamente tan pronto como «el país se reunifique y su integridad no esté ya amenazada».