Luego de diez años de disputas con la compañía minera y con las autoridades políticas, el saldo son graves problemas de contaminación del agua (con sequía incluida), pérdida de las fuentes de trabajo y hostigamiento de parte de la compañía minera Los Pelambres, propiedad de la familia Luksic.
Pese a que los comuneros ganaron el proceso judicial en la corte de apelaciones chilena, el tranque de relaves fue realizado contraviniendo numerosas leyes chilenas. Su construcción ha destruido más de 140 sitios arqueológicos y pone en jaque a la población de Los Caimanes, ya que un movimiento sísmico un poco más fuerte que los que habitualmente sacuden la región podría provocar un aluvión de desechos tóxicos que asolaría el pueblo en menos de seis minutos.
El muro de contención del tranque de relaves tóxicos El Mauro, es de arena compactada y tendrá cuando esté terminado 300 metros de altura y 1500 metros de largo y estará preparado para resistir terremotos de más de 8,3º grados en la escala Richter, equivalente a la liberación de energía de una bomba atómica de 60 megatones, pero, de acuerdo a normas internacionales, debió ser construido para resistir terremotos de 9,5º, el «máximo terremoto creíble», es decir el equivalente al terremoto de Valdivia (Chile 1960), que libera una cantidad de energía equivalente a una bomba de 2,67 gigatones.
En una extensa entrevista, el arqueoastrónomo Patricio Bustamante nos detalla algunos de los crímenes cometidos por la transnacional minera en complicidad con el gobierno chileno.
Primera parte:
Segunda parte:
Tercera parte: