La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, rechazó durante el encuentro en Nueva York equiparar actos de violencia de la oposición siria con los «asesinatos premeditados» de la «máquina militar» del gobierno legal del presidente Bashar Al Assad.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, coincidió en que Al Assad «tiene una enorme parte de la responsabilidad» por la crisis, pero insistió en que no se trata sólo de represión de civiles y que los soldados «no luchan contra gente desarmada sino contra unidades armadas y grupos extremistas y terroristas como Al Qaeda».
El conflicto en Siria comenzó hace un año con protestas contra Al Assad en coincidencia con la ola de revoluciones en la región conocida como «primavera árabe». La crisis se volvió más violenta cuando a la represión se sumó la aparición de una insurgencia armada, y la ONU estima que ya murieron más de 7.500 personas.
El conflicto dividió a parte de la comunidad internacional, ya que Estados Unidos y sus aliados europeos hacen hincapié en la responsabilidad y la represión de Al Assad y en la necesidad de que renuncie mientras que Rusia y China custionan los medios y los objetivos de la oposición.
Todos coinciden en que es imperioso poner fin a la violencia, pero Moscú y Beijing rechazan cualquier intervención militar extranjera para ayudar a la oposición o derrocar a Al Assad, mientras que Estados Unidos y sus aliados, aunque aún no propusieron tal campaña, dicen que urge tomar medidas drásticas.
La reunión del Consejo de Seguridad fue inaugurada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien llamó al cuerpo a hablar con una sola voz para ayudar a Siria «a alejarse del borde de una catástrofe aún más profunda», informó la cadena CNN.
En Ankara, Turquía, el enviado de paz de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan, manifestó este lunes su honda preocupación por la violencia en Siria y dijo que el mundo debe enviar un mensaje claro de que la matanza de civiles debe cesar de inmediato.
Annan abandonó el domingo Siria luego de reunirse con Al Assad en el marco de lo que ya adelantó será una «difícil» misión para tratar de solucionar el conflicto.
Annan, antecesor de Ban como secretario general de la ONU, se reunió este lunes con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, luego de mantener conversaciones el domingo en Qatar.
El enviado tiene previsto entrevistarse este martes con opositores sirios en Ankara, dijeron miembros de su equipo.
«Hay informes graves y horrorosos de atrocidades y abusos. La matanza de civiles debe detenerse ya. El mundo debe mandar un mensaje claro y unido en este sentido», dijo Annan a periodistas a su arribo a la capital turca.
El enviado agregó que el proceso diplomático llevará tiempo.
«Esta es una situación muy compleja. Vamos a seguir presionando por el acceso humanitario, para que frenen las muertes de civiles y para llevar a todos a la mesa para trabajar sobre una solución política», agregó.
Rusia y China ya vetaron el año pasado dos proyectos de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU argumentando que los textos, apoyados por Estados Unidos, condenaban por la violencia sólo a Al Assad y exigían un cese de los ataques por parte de las fuerzas del gobierno pero no por parte de la oposición.
En Nueva York, Francia y el Reino Unido -los otros dos miembros permanentes el Consejo de Seguridad- incrementaron sus críticas a Al Assad y llamaron a Moscú y Beijing a revisar su postura.
«Luego de meses de bloqueos, apelo a China y Tusia a oír las voces de los árabes y a la conciencia mundial y a sumarse a nosotros», dijo el canciller francés, Alain Juppé.
Pero Lavrov mantuvo su oposición a una ación «unilateral» de la ONU y reiteró su condena de los ataques aéreos de la OTAN en Libia para justificar su rechazo a la campaña de Occidente en Siria.
El canciller ruso fustigó los esfuerzos por «formular exigencias apresuradas de un cambio de régimen, imponer sanciones unilaterales para generar dificultades económicas y tensiones sociales en países e inducir a la oposición a continuar con su enfrentamiento con las autoridades en vez de promover el diálogo».
Todas estas acciones, agregó Lavrov, son «recetas riesgosas de ingeniería geopolítica que sólo puede resultar en una expansión del conflicto».