La altura moral del acusado y la bajeza de los acusadores (ya identificados con los tribunales de la Santa Inquisición por distintos medios del mundo) son los componentes perfectos para el guión que hoy se está filmando a nivel planetario: «Esta sociedad es un asco».
Más allá del desenlace de este capítulo que aún no termina, podemos ya agradecer las excelentes actuaciones de los villanos invitados: La justicia española y los miembros de las organizaciones políticas representantes de lo más oscuro de la hispanidad. Gracias a ellos, la conciencia sigue avanzando y despertando las zonas lúcidas con que la ciudadanía mundial está percibiendo a esta sociedad que se desmorona. Las protestas multitudinarias en distintas ciudades españolas en contra del actuar de sus tribunales en el caso Garzón es una buena muestra.
Ya es un gusto escuchar -de boca de personas que uno imaginaría que aún creen en el papá Noel- que este juicio en contra del Juez Baltasar Garzón no es un tema judicial sino político.
Así se avanza, gota a gota pero cada vez más rápido.
Esta maniobra del fascismo español se agrega a la lista de sucesos que nunca alcanzarán la estatura de un mito sino apenas de burdas artimañas. «El ataque terrorista a las torres gemelas», «El apoyo monetario a los grandes bancos», «Las armas de destrucción masiva de Irak», «La captura y muerte de Osama Bin Laden», «La maldad intrínseca de Fidel Castro, Evo Morales, Kadaffi y Pete el Negro», «El Premio Nobel de la Paz», «La guerra para defender la democracia en Afganistán», «La crisis económica mundial» y tantas otras historietas con las que se pretende entretener a las audiencias, hoy están sirviendo para todo lo contrario: El despertar paulatino de las poblaciones.
Sin embargo, el mayor aplauso se lo merece indudablemente el actor principal, el Juez Baltasar Garzón. Su actuación en esta última trama confirma sus cualidades humanas y su búsqueda de una justicia que se corresponde con el sueño de todos.
La que sigue es su declaración emitida 8 horas después de saber la sentencia en su contra.
*»Rechazo frontalmente la sentencia que me ha sido notificada en el día de hoy.*
*Lo hago por entender que no se ajusta a derecho, que me condena de forma injusta y predeterminada.*
*He trabajado contra el terrorismo, el narcotráfico, los crímenes contra la humanidad y la corrupción. Lo he hecho con la ley en la mano y en unión de fiscales, jueces y policía. En este trabajo, siempre he cumplido con rigor las normas, he defendido los derechos de los justiciables y de las víctimas en situaciones muy adversas.*
*Ahora y a lo largo de este procedimiento, mis derechos han sido sistemáticamente violentados, mis peticiones de defensa desatendidas, el juicio oral una excusa, cuyo contenido ha sido utilizado sólo contra mí, prescindiendo de los elementos favorables que me beneficiaban, para, con ello, poder dar forma a una sentencia que ya estaba anunciada desde hace meses.*
*Mi actuación en el denominado caso Gürtel, se ajustó a la ley y en su desarrollo, tomé todas las medidas para garantizar el derecho de defensa y la investigación de delitos muy graves relacionados con la corrupción, partiendo de los contundentes indicios y para evitar la continuidad delictiva de blanqueo de dinero de los jefes mafiosos que utilizaban, como ya lo habían hecho antes, a los abogados designados.*
*Se me ha impedido aportar las pruebas que lo demostraban y se ha prescindido de la implicación y participación de abogados en la trama.*
*La afirmación que se contiene en la sentencia para justificar el supuesto dolo de que “la inclusión de la cláusula previniendo el derecho de defensa dejando a un lado su efectividad, revela que sabía que su resolución afectaba a este derecho” es una aberración que contradice todo el sentido de la misma y se utiliza para eliminar la base de mi absolución. La sentencia no dice en ningún momento cual es el daño producido en el derecho de defensa y no lo dice sencillamente porque no existe. Lo inventa. Así mismo falta a la verdad cuando se dice que no se ejecutó la medida de salvaguardar dicho derecho, cuando personalmente me cuide de garantizarlo y así lo avalan las pruebas practicadas e ignoradas por el tribunal.*
*Esta sentencia, sin razón jurídica para ello ni pruebas que la sustenten, elimina toda posibilidad para investigar la corrupción y sus delitos asociados abriendo espacios de impunidad y contribuye gravemente, en el afán de acabar con un concreto juez, a laminar la independencia de los jueces en España.*
*Acudiré a las vías legales que correspondan para combatir esta sentencia y ejerceré todas las acciones que sean pertinentes para tratar de paliar el perjuicio irreparable que los autores de esta sentencia han cometido.*
*Madrid a 9 de febrero de 2012*