El documento de la organización humanitaria califica la movilización popular contra regímenes autocráticos en África del Norte y Medio Oriente como «el mayor movimiento democrático desde la caída del Muro de Berlín» y subraya la necesidad de y evitar que «derive de nuevo en una serie de regímenes autoritarios».
«Por motivos de principios y por su propio interés a largo plazo, todo gobierno debe ponerse del lado del pueblo en el mundo árabe, cuando éste exige derechos básicos y transición a una verdadera democracia», señaló el documento de 676 páginas que ofrece un panorama sobre los derechos humanos en más de 90 países.
El documento de la organización, fundada en 1978 y en la que trabajan 275 expertos, abogados, juristas y científicos, subraya que «la intervención fiel a los principios por el respeto a los derechos humanos sirve para evitar que los movimientos de masas caigan en la intolerancia, la anarquía y la venganza», según informó la agencia de noticias DPA.
HRW reserva párrafos especialmente críticos a la Unión Europea, que «no priorizó el respeto a los derechos humanos en su territorio» a pesar de instar a otros países a respetarlos, según acusó su informe sobre 2012.
«A pesar de que la UE y sus estados miembros proclamaron la importancia de los derechos humanos en los movimientos prodemocráticos de la primavera árabe, no estuvieron dispuestos a que fueran una prioridad en su territorio», asegura el informe.
El texto de HRW insta a los 27 países miembros del bloque a evaluar las respuestas dadas a la afluencia de inmigración provocada por la «primavera árabe» que condujo, entre otras cosas, a una disputa diplomática entre Francia e Italia, por el control de las fronteras en la zona de libre tránsito Schengen.
«Las respuestas políticas a la inmigración del norte de África, incluidas las llamadas a limitar la libre circulación dentro de las fronteras de la UE, y la renuncia a dar un lugar a los refugiados de Libia, ejemplifican este enfoque negativo», añade.
La organización criticó al ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, por «no perseguir vigorosamente su deber de hacer respetar los derechos fundamentales», informó la agencia de noticias Europa Press.
El texto incluye también a Estados Unidos que -asegura- mantiene a más detenidos que cualquier otro país del mundo.
«Cada vez más extranjeros, 363.000 en 2010, son retenidos en campos de deportación aunque en muchos casos no existe el peligro de que escapen», destaca el informe.
Además, Washington «abusa de la ley antiterrorista» y mantiene presos sin condenas en la cárcel de Guantánamo, a lo que se suma que cerca de 46 millones de personas viven en la pobreza, el mayor valor en 52 años, desde que se realiza esta medición.
La organización critica asimismo que el primer ministro ruso, Vladimir Putin, haya recibido en Alemania el premio Quadriga -un prestigioso galardón reservado a personalidades que aporten a la vida política, económica y cultural- cuando «su aspiración a la presidencia supone todo lo contrario a la urgente reforma que necesita Rusia», asegura HRW.
El texto incluye críticas a Siria, donde las revueltas contra el régimen de Bashar Al Assad y la feroz represión desatada causaron, según Naciones Unidas, más de 5 mil muertos.
Sin embargo, los autores del informe HRW, publicado este domingo en varios lugares del mundo, entre ellos El Cairo, señalaron que el número exacto de muertes es imposible de verificar debido a las restricciones de acceso al país.
Las autoridades sirias detuvieron a más de 20.000 personas entre marzo y septiembre, asegura el informe. «Muchos detenidos eran hombres jóvenes (…) pero también hubo niños, mujeres y personas mayores», añadió.
El mismo tono crítico utilizó HRW para referirse a las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán, donde los recursos utilizados para el retiro de tropas «eclipsó por completo» los temas relacionados con los derechos humanos, según el informe.
«La fecha fijada en 2014 para la retirada de la mayor parte de tropas internacionales plantea la pregunta de exactamente qué tipo de Afganistán dejarán las tropas», reclama HrW.
Los esfuerzos de la OTAN por entrenar una fuerza policial fuerte de 134.000 personas y 171.600 soldados presenta «serios desafíos», entre los cita «el desgaste, la infiltración de insurgentes, el analfabetismo y el abuso de drogas entre los reclutas».
La policía local afgana, respaldada por Estados Unidos, estuvo implicada en «asesinatos, secuestros, allanamientos ilegales y golpizas» que en su mayor parte no fueron castigadas, señaló HRW.