Estos documentales educativos ponen el foco en lo que llamáis momentos humanistas de la historia. ¿A qué os réferis con esta expresión?
Eduardo Gozalo: Nos referíamos a la definición de la Actitud Humanista que aparece descrita en el Diccionario del Nuevo Humanismo. La actitud humanista, fuera de todo planteamiento teórico, puede ser comprendida como una “sensibilidad”, como un emplazamiento frente al mundo humano en el que se reconoce la intención y la libertad en otros, y en el que se asumen compromisos de lucha no violenta contra la discriminación y la violencia.
La actitud humanista ya estaba presente antes del acuñamiento de palabras como “humanismo”, “humanista” y otras del género. En lo referente a la actitud mencionada, es posición común de los humanistas de las distintas culturas:
1. La ubicación del ser humano como valor y preocupación central;
2. la afirmación de la igualdad de todos los seres humanos;
3. el reconocimiento de la diversidad personal y cultural;
4. la tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo
aceptado o impuesto como verdad absoluta;
5. la afirmación de la libertad de ideas y creencias y;
6. el repudio de la violencia
En los documentales que tratamos, podemos ver algunos de estos aspectos, desde el enfoque que nosotros observamos a veces todos ellos al menos en algún momento.
Cuando hicimos todos estos documentales fue por sugerencia de Silo, ya que comentaba que eran momentos importantes para comprender la historia de Occidente, al menos en los últimos 2.000 años. Para nosotros, desde luego fue esclarecedor el estudio.
Son muestras donde el conocimiento, el intercambio, ciertos aspectos tolerantes y abiertos fueron un hito referencial en el futuro. Algunos de estos momentos están bastante olvidados, tal vez intencionalmente ya que no son compartidos con el pensamiento vigente.
En todo caso, esa atmósfera que se capta en los documentales, apoyadas en las imágenes y documentos que hemos encontrado, hacen sentir esa sensación de apertura al conocimiento, tolerancia y un nuevo horizonte cultural en ese momento.
FdlH: En «Toledo-Alejandría Faros de la Humanidad», en realidad hay dos historias. La primera es la del Toledo, de la convivencia de las tres culturas y la Escuela de Traductores, ¿Qué significó este momento para la historia de España y Europa?
EG: Significa el encuentro con conocimientos que habían estado “olvidados” o bien desconocidos desde hacia casi 1.000 años.
El imperio romano de occidente, debido al enfrentamiento con el imperio romano de oriente, tenía dificultad de comunicación e intercambio, a pesar de que participaban de una cultura muy cercana, la griega. Este enfrentamiento por temas de poder, este cisma entre las sectas cristianas (católica y ortodoxa) impedía que el conocimiento del imperio romano de oriente, lo que luego los occidentales llamaron Bizancio, para seguir teniendo el único patrimonio de imperio romano, aunque ya no existiera en occidente, llegara a los centros de estudio y universidades de la Europa Occidental y católica.
En Toledo se rompe este aislamiento, que también había habido con el mundo musulmán, ya que se tiene acceso al conocimiento de las bibliotecas que había en Toledo, una gran parte de la gran biblioteca de Al-Akam de Córdoba heredera del califato de Córdoba, que llegó desde Bagdad y Damasco, centro en aquella época del conocimiento en el mundo musulmán, que a su vez heredaron del mundo persa, indio y del imperio romano de oriente (Bizancio).
Esta apertura que se da en Toledo, en primer lugar, está muy seguida de cerca por la llegada del conocimiento de Oriente a través de las cruzadas que llegan al sur de Francia y la conexión que Federico II de Sicilia establece con el mundo musulmán.
Todo este fenómeno de renovación, junto con la caída del imperio romano de oriente (1453), hace que los sabios “griego-romanos” (bizantinos) lleguen a Florencia y otras capitales europeas iniciando lo que luego se llamara el renacimiento europeo, que ya había empezado en el imperio romano de oriente (en el mundo “griego”).
FdlH: La segunda historia es la de la Alejandría de los Ptolomeos, la de la biblioteca, el centro cultural, de investigación y difusión de conocimiento. ¿Cuál crees que fue el factor determinante para que se produjera este fenómeno tan singular en la historia?
EG: Este fenómeno se suele producir cuando se abren las fronteras, hay una mayor comunicación y circulación de conocimientos y se produce una acumulación de “sinergias”; es decir, al romperse los compartimentos, se crea un gran magma de conocimiento que puede producir efectos muy referenciales.
Esto es lo que paso con la llegada del mundo helenístico, de la mano de Alejandro el Grande. Se produjo una fusión entre el mundo griego, mesopotámico, persa, egipcio, indio, prácticamente de todo el mundo conocido desde la India hasta Grecia, donde había grandes culturas, muchos conocimientos que estaban en las grandes bibliotecas de Persia (Susa, Persépolis y Babilonia). De estos lugares, toman la idea Ptolomeo (general y tal vez hermanastro de Alejandro junto con quien se educó) y otros generales, de emular a los emperadores persas y tener los atributos no solo de poder, sino de conocimiento.
Así que, pese a que después de la muerte de Alejandro se crearon distintos reinos, se trató de una cultura muy cercana (helenística), ya que todos esos reyes fueron los generales de Alejandro, tratando de emular a Alejandro y a los emperadores persas; de hecho, las bibliotecas de Pérgamo y Antioquia fueron casi tan importantes como la mítica de Alejandría y es probable que gracias a ellas hayan llegado muchos conocimientos que se suponían perdidos, ya que hacían muchas copias de los mismos textos.
FdlH: El planteamiento del documental es serio y riguroso pero, sin embargo, habéis conseguido transmitir la historia de forma fresca, como si la descubriéramos por primera vez. ¿A qué crees que se debe?
EG: Creo que si bien los datos existen y están accesibles a todos los que estudian un poco, una clave es el modo de estructuración de la información y es el punto de vista que se da. Me parece que la diferencia con las historias que aparecen en los libros, como en las noticias de la prensa, es que resulta difícil tener una idea de proceso ya que se muestran más bien los aspectos compositivos con algunas relaciones, generándose un conocimiento desestructurado.
Esta idea de proceso del conocimiento humano, sin poner la relevancia en los aspectos nacionalistas o personales de ciertos poderes políticos, religiosos, económicos, da una libertad de visión, como si vieras la historia a modo de observador sin tanta presión del paisaje de formación personal, aunque siempre lo hay, y puedes poner el énfasis en el desarrollo del conocimiento y sus consecuencias.
FdlH: La lista de colaboradores del vídeo es impresionante. La lista de científicos e instituciones que han colaborado incluye hasta algún personaje bastante mediático como Zahi Hawass, del Consejo de Antigüedades de Egipto. ¿Cómo fue conseguir la participación desinteresada de tantos estudiosos de primer orden?
EG: El planteamiento educativo, sin ánimo de lucro, de difusión gratuita y sin límites, su proyección en el ámbito universitario y el entusiasmo de los participantes creo que fueron los aspectos más importantes. El entusiasmo y permanencia de Miguel Angel Invarato abrió muchas puertas, a veces de un modo casual, a veces por resonancia con algún profesor que abría la puerta a otros, pero la cantidad de cartas, permisos y horas de dedicación son admirables, no solo en el primer documental que fue la clave, sino en todos los demás. También el entusiasmo y trabajo en equipo fue un factor que desencadenó una gran energía positiva para todos los documentales.
Creo que algo de osadía, guiados por el entusiasmo de la investigación, le dio un toque muchas veces surrealista y difícil de planificar, ya que muchos contactos no hubieran sido posibles sin otros previos.
Una vez hicimos el primer documental, éste nos abrió las puertas del siguiente y así sucesivamente, ya que unos profesores, académicos nos animaban a seguir adelante y nos abrían nuevas puertas.
Para ver el documental «Toledo-Alejandría, faros de la humanidad»: