Partici: preferente; preferencial, preeminente, prioritario, ventajoso, predilecto, supremo, superior, destacado, mejor…
Las entidades financieras continúan bloqueando los ahorros de decenas de miles de consumidores que contrataron participaciones preferentes creyendo que contrataban un producto sin riesgo, en la mayoría de los casos abusando del principio de confianza que muchos clientes tienen depositado en su Banco y /o Caja, con empleados conocidos de toda la vida, omitiendo información importante y, en muchos casos, con engaños a personas que no sabían lo que estaban firmando (esa odiosa letra pequeña que debería estar prohibida en todos los documentos de importancia).
Muchos afectados son personas mayores que desconocen el significado de muchas de las palabras que contiene el contrato de un producto que no corresponde al perfil inversor de los clientes, vendido irregularmente y sin suministrar la información directa y comprensible para este perfil de consumidores que buscan la seguridad en un plazo fijo, y la posibilidad de recuperar su dinero en caso necesario con una pequeña penalización.
Cuando los poseedores de participaciones preferentes, en su día, adquirieron los títulos estaban prestando dinero a su entidad bancaria por ese importe. Como los títulos eran perpetuos se lo prestaban para siempre. Es decir, el banco no estaba obligado a devolver nunca el principal o importe prestado, sino que se obligaba a pagar de por vida unos intereses anuales. En caso de quiebra de la entidad, estos títulos se sitúan en el orden de recuperación de los créditos por detrás de los acreedores ordinarios y por delante de las acciones ordinarias (y de las cuotas participativas en el caso de las cajas de ahorros).
Este tipo de producto, no siempre son explicados adecuadamente por los astutos comerciales. La omisión de esta información directa y comprensible a creado indefensión para el usuario generando importantes pérdidas después de haber sido colocado como si se tratase de inversiones a plazo fijo cuando se trata de deuda perpetua, no amortizable salvo a elección de la entidad y no cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos.
Muchas entidades han optado por trasladar la responsabilidad a la CNMV y el Banco de España, amparándose en la interpretación interesada de unas instrucciones dadas por la CNMV y el Banco de España para negarse a tramitar órdenes de venta de preferentes.
Desde diciembre de 2008, cuando BBVA inauguró la nueva oleada de este tipo de colocaciones, Bancos y Cajas han lanzado al mercado millones de euros en participaciones preferentes.
Algunos pensarán que la culpa es del comprador pero el perfil de la mayoría de pequeños inversores es bastante desvelador y demuestra que adquirieron productos para los cuales no tenían una cultura económica adecuada, además la inmensa mayoría afirma que lo que en realidad creían estar firmando era un producto con el capital 100% seguro. En el caso de «La Caixa», el dinero que podrán recuperar no será antes de 10 años… Un 30% irá a parar a la «Bolsa» y el 70% restante a «Obligaciones Subordinadas» a 10 años. Y lo peor de estos es que todavía hay mucho miles de inversores que todavía no saben que están «pillados» en esta trampa legal.
A nadie se le hubiera pasado por la cabeza que una entidad en la que se tiene depositados los pocos euros ahorrados con tanto esfuerzo podría hacer algo así.
La banca ha comercializado las «Participaciones Preferentes» de forma masiva como instrumentos de ahorro simple, de renta fija y sin riesgo, cuando son productos híbridos de «Altísimo Riesgo».
Es lamentable la poca difusión que se está dando de esta situación que afecta a miles de familias y pequeños ahorradores. Esto no puede quedar impune hay que exigir responsabilidades a toda la cadena de instituciones (gobierno, CNMV, Banco de España) que han mirado para otro lado.
La única solución posible al corralito de las preferentes es la devolución de todos los ahorros defraudados.
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